A diferencia de César que fue asesinado por los senadores
que querían parar su desmesura dictatorial, si ganase las primarias a Pedro Sánchez lo acabarían acuchillando
las propias bases. Esta vez no habrá un Bruto como podía ser López o Luena,
sino que la propia militancia socialista se acabará dando cuenta del cesarismo
que arrastra el dirigente madrileño en su cuenta y le acabarán echando. Ahora
Sánchez se encuentra en la fase totémica, como diría Sigmund Freud, de máxima mitificación de su figura. Las huestes
socialistas le ven como la persona que fue expulsada por una conjura, la de los
necios a sus ojos.
Da igual, en estos momentos, que se intente hacer
ver que la realidad no ha sido así. Eduardo
Madina en un tuit ha intentado explicar cómo fueron las cosas pero da
igual. La verdad no está hoy en las primarias socialistas. Me recuerda, en
cierto sentido, a lo que aconteció en el 28° Congreso del PSOE donde se
mitificó el tema del marxismo, que realmente era la punta de lanza contra Felipe González y Alfonso Guerra por la falta de democracia como denunciaba Luis Gómez Llorente, y al final se
causó la muerte del “padre”. De esta forma se totemizó al líder socialista y se
convirtió en un ser intocable y carismático. No va a suceder lo mismo con
Sánchez por carecer de discurso, de carisma y de capacidades intelectuales
similares a González. Pero en estos momentos no es que haya posverdad, es que
directamente las huestes sanchistas viven en la mentira. Una mentira deificada
a verdad por los sucesos del 1 de octubre y la aberrante abstención del PSOE.
Si existe
esa mitificación o totemización de Sánchez ¿por qué mantengo que será
aniquilado por sus propias huestes? Dos son los factores que he podido
observar. El propio movimiento de las bases socialistas y la actuación del
propio Sánchez frente a ellas. Pedro Sánchez no crea ni apoya el movimiento del
No es No. Surge de las propias bases socialistas no por Sánchez sino por dar el
gobierno al PP. Para un socialista español existe un límite ético y político
que marca una línea roja. Dar el gobierno al PP, y más a este partido
conservador corrupto y dictatorial (como se demuestra en el control de todas
las estructuras del Estado), es algo que no es cabe en la cabeza de ningún
socialista de base. Tampoco lo fue para quienes lo propugnaban pero se movían
en la razón instrumental, no en el plano emotivo.
A ese
movimiento que hacía florecer la lucha de las bases socialistas se fueron
acoplando personas de muy diversa procedencia dentro del partido. Los diputados
del No eran reclamados por todo el país para que diesen charlas, el movimiento
recogía firmas (que cayeron en manos del oscuro aparato de Sánchez), se
presentaban denuncias, incluso los trotskistas aparecían con su entrismo en
escena. Sánchez había renunciado, dejando tirados a sus compañeros y compañeras
de hemiciclo, y llorado sus penas en televisión. Había abandonado el barco
junto a las ratas (los que pasaron de apoyar el No a la abstención por salvar
las hipotecas). Pero mandó a sus personas de confianza, a sus nuevas personas
de confianza habría que decir porque cambia de equipo como de calzoncillos,
para mover ese movimiento espontáneo a su completo favor y que le acabasen
reclamando con adoración.
Es en ese
momento cuando comienza la perversión del movimiento de lucha espontánea que
había surgido. Poco a poco las personas que encabezaron las plataformas de toda
España son sustituidas por el aparato de Sánchez en cada provincia. Aparato
compuesto de neófitos del sanchismo, de correveidiles y algunos amargados y
amargadas. Personas que se partieron la cara en el propio hemiciclo, como Susana Sumelzo, es dejada a su suerte
frente a Lambán, en favor de algunos abstencionistas porque Sánchez sí paga
traidores. Todo aquel que le aporte, en estos momentos, algo de brillo y
sometimiento a su voluntad es bienvenido. Las plataformas del No es No han
acabado desapareciendo en favor de la organización de una facción sanchista
dentro del partido.
Incluso en el plano ideológico y organizativo Sánchez ha
colocado a sus amigos. Salvo Odón Elorza,
ninguno de los que estuvieron presentes el día de la presentación de su
documento en Madrid se había partido la cara en los meses anteriores. No se
puede dudar del voluntarismo de Tezanos o Escudero, para ellos es casi un honor
que los vuelvan a llamar, pero el resto de los participantes en aquello son tan
aparato como las huestes de los barones. O desean volver al aparato. ¿Qué dice
democrático el documento? Que se consultará a las bases decisiones
fundamentales y que se quiere elegir por listas abiertas a los miembros del
Comité Federal. No veo mucha democracia. No
veo que el demos socialista se acerque al cratos. Es más, todo ello supone
la instauración de un sistema bonapartista y plebiscitario donde todos los
mecanismos intermedios de control quedan completamente anulados. Vamos lo que
pretende hacer Maduro en Venezuela y que tan poco gusta a Sánchez.
Ya se puede observar que Sánchez tiene poco apego a la
democracia. Ya dijeron sus abogados que las primarias eran para tener
entretenidas a las bases. Pues ahora tendrán plebiscitos donde él preguntará lo
que quiera y de la forma que quiera y las bases se limitarán a votar. Ni más,
ni menos. Tragarán las bases, como ya tragaron y eso que se reclaman de
izquierdas, con acuerdos con Ciudadanos que serán completamente de derechas. O
aceptarán coaliciones con Podemos donde el PSOE será solamente un comodín de
maquillaje del líder morado con Sánchez llevado a muchos actos para dorarle la
píldora. Mientras el ego de Sánchez esté lleno, le importa la democracia y el
PSOE muy poco. Y de esto ya hay mucha gente de las bases y del movimiento
democrático del PSOE que se están dando cuenta.
Cree Sánchez que ha logrado un nivel carismático
como el de González, Comienza a verse intocable y se lo cree. Comienza a
parecer mucho más Calígula que César. Pero el equivocado es él. No a mucho
tardar las bases igual que se han levantado contra las baronías, de las que
dependen monetariamente en muchas ocasiones, se levantarán contra la mentira
democrática que es Sánchez. Ya tiene montado su aparato frente a las bases. De
momento muchas personas siguen creyendo en él, pero otras muchas ya se han dado
cuenta cómo es. Muchos de los que le apoyan son conscientes de que Sánchez es
un medio, no el fin. Él, evidentemente, no lo ha entendido. Y muchas personas
de las bases saben que algún día tendrán que acuchillarle políticamente. De
momento les sirve en la consecución de un PSOE de izquierdas y democráticos,
aunque saben que Sánchez ni es democrático (ya lo demostró durante su mandato),
y es un liberal humanista. Saben que lo tendrán que matar simbólicamente, y
saben que no dudarán ni un minuto en hacerlo. Eso sí, igual en todo este juego
de máscaras, espejos y medias verdades se llevan al PSOE por delante dando un
gusto enorme a PP y Podemos. Es el riesgo que asumieron las bases al sublevarse
y apoyarse en Sánchez. Si lo hubiesen hecho en otros igual…