miércoles, 10 de mayo de 2017

Si gana, a Pedro Sánchez lo acuchillarán las bases



A diferencia de César que fue asesinado por los senadores que querían parar su desmesura dictatorial, si ganase las primarias a Pedro Sánchez lo acabarían acuchillando las propias bases. Esta vez no habrá un Bruto como podía ser López o Luena, sino que la propia militancia socialista se acabará dando cuenta del cesarismo que arrastra el dirigente madrileño en su cuenta y le acabarán echando. Ahora Sánchez se encuentra en la fase totémica, como diría Sigmund Freud, de máxima mitificación de su figura. Las huestes socialistas le ven como la persona que fue expulsada por una conjura, la de los necios a sus ojos.

Da igual, en estos momentos, que se intente hacer ver que la realidad no ha sido así. Eduardo Madina en un tuit ha intentado explicar cómo fueron las cosas pero da igual. La verdad no está hoy en las primarias socialistas. Me recuerda, en cierto sentido, a lo que aconteció en el 28° Congreso del PSOE donde se mitificó el tema del marxismo, que realmente era la punta de lanza contra Felipe González y Alfonso Guerra por la falta de democracia como denunciaba Luis Gómez Llorente, y al final se causó la muerte del “padre”. De esta forma se totemizó al líder socialista y se convirtió en un ser intocable y carismático. No va a suceder lo mismo con Sánchez por carecer de discurso, de carisma y de capacidades intelectuales similares a González. Pero en estos momentos no es que haya posverdad, es que directamente las huestes sanchistas viven en la mentira. Una mentira deificada a verdad por los sucesos del 1 de octubre y la aberrante abstención del PSOE.


Si existe esa mitificación o totemización de Sánchez ¿por qué mantengo que será aniquilado por sus propias huestes? Dos son los factores que he podido observar. El propio movimiento de las bases socialistas y la actuación del propio Sánchez frente a ellas. Pedro Sánchez no crea ni apoya el movimiento del No es No. Surge de las propias bases socialistas no por Sánchez sino por dar el gobierno al PP. Para un socialista español existe un límite ético y político que marca una línea roja. Dar el gobierno al PP, y más a este partido conservador corrupto y dictatorial (como se demuestra en el control de todas las estructuras del Estado), es algo que no es cabe en la cabeza de ningún socialista de base. Tampoco lo fue para quienes lo propugnaban pero se movían en la razón instrumental, no en el plano emotivo.

A ese movimiento que hacía florecer la lucha de las bases socialistas se fueron acoplando personas de muy diversa procedencia dentro del partido. Los diputados del No eran reclamados por todo el país para que diesen charlas, el movimiento recogía firmas (que cayeron en manos del oscuro aparato de Sánchez), se presentaban denuncias, incluso los trotskistas aparecían con su entrismo en escena. Sánchez había renunciado, dejando tirados a sus compañeros y compañeras de hemiciclo, y llorado sus penas en televisión. Había abandonado el barco junto a las ratas (los que pasaron de apoyar el No a la abstención por salvar las hipotecas). Pero mandó a sus personas de confianza, a sus nuevas personas de confianza habría que decir porque cambia de equipo como de calzoncillos, para mover ese movimiento espontáneo a su completo favor y que le acabasen reclamando con adoración.

Es en ese momento cuando comienza la perversión del movimiento de lucha espontánea que había surgido. Poco a poco las personas que encabezaron las plataformas de toda España son sustituidas por el aparato de Sánchez en cada provincia. Aparato compuesto de neófitos del sanchismo, de correveidiles y algunos amargados y amargadas. Personas que se partieron la cara en el propio hemiciclo, como Susana Sumelzo, es dejada a su suerte frente a Lambán, en favor de algunos abstencionistas porque Sánchez sí paga traidores. Todo aquel que le aporte, en estos momentos, algo de brillo y sometimiento a su voluntad es bienvenido. Las plataformas del No es No han acabado desapareciendo en favor de la organización de una facción sanchista dentro del partido.

Incluso en el plano ideológico y organizativo Sánchez ha colocado a sus amigos. Salvo Odón Elorza, ninguno de los que estuvieron presentes el día de la presentación de su documento en Madrid se había partido la cara en los meses anteriores. No se puede dudar del voluntarismo de Tezanos o Escudero, para ellos es casi un honor que los vuelvan a llamar, pero el resto de los participantes en aquello son tan aparato como las huestes de los barones. O desean volver al aparato. ¿Qué dice democrático el documento? Que se consultará a las bases decisiones fundamentales y que se quiere elegir por listas abiertas a los miembros del Comité Federal. No veo mucha democracia. No veo que el demos socialista se acerque al cratos. Es más, todo ello supone la instauración de un sistema bonapartista y plebiscitario donde todos los mecanismos intermedios de control quedan completamente anulados. Vamos lo que pretende hacer Maduro en Venezuela y que tan poco gusta a Sánchez.

Ya se puede observar que Sánchez tiene poco apego a la democracia. Ya dijeron sus abogados que las primarias eran para tener entretenidas a las bases. Pues ahora tendrán plebiscitos donde él preguntará lo que quiera y de la forma que quiera y las bases se limitarán a votar. Ni más, ni menos. Tragarán las bases, como ya tragaron y eso que se reclaman de izquierdas, con acuerdos con Ciudadanos que serán completamente de derechas. O aceptarán coaliciones con Podemos donde el PSOE será solamente un comodín de maquillaje del líder morado con Sánchez llevado a muchos actos para dorarle la píldora. Mientras el ego de Sánchez esté lleno, le importa la democracia y el PSOE muy poco. Y de esto ya hay mucha gente de las bases y del movimiento democrático del PSOE que se están dando cuenta.

Cree Sánchez que ha logrado un nivel carismático como el de González, Comienza a verse intocable y se lo cree. Comienza a parecer mucho más Calígula que César. Pero el equivocado es él. No a mucho tardar las bases igual que se han levantado contra las baronías, de las que dependen monetariamente en muchas ocasiones, se levantarán contra la mentira democrática que es Sánchez. Ya tiene montado su aparato frente a las bases. De momento muchas personas siguen creyendo en él, pero otras muchas ya se han dado cuenta cómo es. Muchos de los que le apoyan son conscientes de que Sánchez es un medio, no el fin. Él, evidentemente, no lo ha entendido. Y muchas personas de las bases saben que algún día tendrán que acuchillarle políticamente. De momento les sirve en la consecución de un PSOE de izquierdas y democráticos, aunque saben que Sánchez ni es democrático (ya lo demostró durante su mandato), y es un liberal humanista. Saben que lo tendrán que matar simbólicamente, y saben que no dudarán ni un minuto en hacerlo. Eso sí, igual en todo este juego de máscaras, espejos y medias verdades se llevan al PSOE por delante dando un gusto enorme a PP y Podemos. Es el riesgo que asumieron las bases al sublevarse y apoyarse en Sánchez. Si lo hubiesen hecho en otros igual…