lunes, 15 de febrero de 2016

ESPERANZA AGUIRRE: UN EPÍTOME DE LA CORRUPCIÓN


La renuncia a la presidencia del PP de Madrid, cuando al fin y al cabo iba a ser despedida en unos meses, ha sido presentada por Esperanza Aguirre como un acto de responsabilidad política. Menos mal que estamos curados de espanto y ya no nos creemos nada (y menos en su propio partido). Sin dudarlo es una estratagema política más de esta señora para seguir incordiando a sus enemigos internos y ¿esperar a que escampe? Sobre la estratagema y sus diversas posibilidades prefiero recomendar la lectura de Palinuro de mi maestro Ramón Cotarelo (Aguirrajoy) que lo explica perfectamente. Sin embargo, la huida hacia delante hasta que escampe no nos puede hacer perder de vista que la corrupción le llega hasta el cuello. Si utilizase una figura animal metafórica para describir a Aguirre sería la de la mosca, porque lleva años sobrevolando las heces del PP de Madrid.

En 2003 llegó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid después del escándalo del Tamayazo. Ella dijo no saber nada pero sí que sabía. En gerente de la Universidad Complutense contactó con Ricardo Romero de Tejada y con Cristina Cifuentes (la que ahora se presenta como nueva política) para que consultasen con Esperanza si les interesaba un pacto con los dos diputados díscolos del PSOE (Eduardo Tamayo y Teresa Sáez). Ella rechazó el pacto, como consta en los papeles de Tamayo, pero saberlo lo sabía por obra y gracia de Romero y Cifuentes. Es más, porque hay que explicar todo bien, todos los implicados en el asunto luego aparecieron en los papeles de la Gurtel. Y la secuencia fue la siguiente y aportaré nuevos datos hasta el momento no conocidos o no publicados. Todo sucedió porque Balbás, jefe de los renovadores por la base del PSOE, se enfadó con Simancas por quién iba a ocupar la consejería de vivienda. El acuerdo al que llegó el PSOE con IU es que estos últimos ocuparían la consejería citada porque les interesaba desarrollar vivienda pública mediante el apoyo a los ayuntamientos que así lo quisiesen y mediante la cesión de suelo a cooperativas de propietarios (algo que en IU apoyaban desde hace mucho tiempo y desde un sector del PSOE muy relacionado con Ruth Porta también). Él, Balbás, que había sido uno de los baluartes de Pepiño Blanco y Rodríguez Zapatero, quedaba desplazado en esta ocasión. Hasta la fecha comprar voluntades dentro del partido le había venido muy bien a él y a sus amigos constructores del PP porque siempre sacaban algo (aunque el verdadero negocio de Balbás son las gasolineras). Así pues, de esta forma se organizó el tamayazo que contó con la complicidad de Aguirre, que supo en cada momento de las intenciones de los impresentables y de los apoyos que Bravo y demás constructores del PP madrileño les dieron. Ella no compró pero tampoco denunció que compraban a esas dos alimañas. Además, hay que sumar que la investigación judicial fue bloqueada por Jesús Cardenal, entonces Fiscal General del Estado de José María Aznar. Verde y en botella.

No solo esto. En ese mismo año 2003, la propia campaña electoral de Esperanza fue financiada ilegalmente por Fundescam (fundación del PP de Madrid) y la trama Gurtel, la cual ya llevaba tiempo funcionando y que seguiría haciéndolo bajo el mandato de la señora Aguirre. Curiosamente, se repiten nombres de constructores que donaron dinero a Fundescam y que se vinculan al tamayazo.

Y salta el escándalo de la trama Gurtel en el que están implicados numerosos cargos nombrados por ella como López Viejo, Clemente, Benjamín Martín, Alfonso Bosch, etc., más otros cuantos como el albondiguilla, Ana Mato, Romero de Tejada, etc. Puedo entender que ella no tuviera ni arte ni parte de algo que venía desarrollándose a la vera de Aznar y su séquito de Madrid, pero que no diga que se ha equivocado con solo dos nombramientos porque hasta 15 personas que ha nombrado ella están implicados. Y lo peor es que tuvo el morro de decir que ella había destapado la Gurtel. ¡¡¡Pero si fue gracias al edil de Majadahonda José Luis Peñas y a Ana Garrido que se supo todo!!! (especialmente triste lo mal que lo está pasando esta última persona porque la suspendieron de su puesto de funcionaria y pese a que la justicia le ha dado la razón aún no ha vuelto a su cargo, la están persiguiendo y se ha quedado medio arruinada). Cara siempre ha tenido la señora Aguirre pero tan dura como para que nos explique a los madrileños cual es la conexión colombiana del PP de Madrid creo que no.

Es curioso como, a partir de la llegada al poder del Álvaro Uribe (el presidente de los paramilitares según dicen en Colombia), la presencia de Aguirre y alguno de sus colaboradores se incrementó. Si se toman la molestia de revisar la financiación de la Comunidad de Madrid a fundaciones políticas de derechas en Colombia seguramente se sorprenderían. Mientras se recortaban los derechos y las cuentas de Hospitales, Colegios, Universidades, etc. en Madrid, Esperanza y sus chicos enviadan ingentes cantidades de dinero a Colombia. Las Fundaciones Promigas, Fundación DIS, CECODES, Gestratégica, entre otras muchas, han sido subvencionadas con dinero público de los madrileños. Curiosamente el caso del espionaje tuvo una de sus paradas en Colombia. Como se suele decir, el dinero deja rastros así que....

Pero no solo ha sido el caso Fundescam, la Gurtel, sino el Canal de Isabel II, diversos cambios en la ley de suelo de la comunidad (curiosamente no se cambió bajo su mandato la ley para construir un polígono industrial en los sitios donde gobernaba el PSOE y sí donde lo hacía el PP), etc., pero si ha perjudicado al Atlético de Madrid para poder construir su ciudad deportiva en Alcorcón al querer juntarles al proyecto de Eurovegas. Toda la gestión de Aguirre ha estado plagada de corruptelas y de actos chulescos y dictatoriales contra los que no pensaban como ella.

La "lideresa" madrileña ha untado muy bien a toda la prensa de su cuerda para que la loasen y la riesen las gracias desde el minuto uno. Ha sido generosa con la iglesia católica hasta decir basta. Incluso con los Legionarios de Cristo de su "enemiga" Botella, cuyo fundador era un pederasta por cierto. Pero ella es la liberal y demócrata. ¡Ja! Y además añade que ella no está implicada en nada. Pues antes de ocupar la presidencia de la Comunidad, el AVE diseñado en el gobierno de Aznar hacia Valencia tenía una parada en Yebes (Guadalajara). Lugar inhóspito pero que, curiosamente, tenía mucho que ver con Aguirre. Más bien con su marido. Los terrenos aledaños pertenecían al marido de la señora Aguirre. Pero claro, seguro que es una casualidad. Como casual es que atropellase a un agente de movilidad y se diese a la fuga. Suerte que la ley del gobierno conservador no se la pudiese aplicar por meses porque estaría en la cárcel.

Realmente Aguirre, no es ni liberal ni nada de eso. Es el ejemplo más claro del conservadurismo español. Una ideología que considera que España es solo de ellas y ellos y por eso la política es de su uso y disfrute. Representan la patrimonialización de lo común en propio beneficio. El caso Púnica o el caso de los Hospitales adjudicados a empresas de exconsejeros no son más que ejemplos de esa abyecta forma de ver la política. Y cuya máxima representante es Esperanza Aguirre. Nos han chuleado el dinero a las madrileñas y los madrileños y ella ha sido la consentidora y, no sabemos, si la muñidora de todo ello. Y aún se atreve a dar lecciones de ética desde el ayuntamiento de Madrid. 

Pero, por mucho que intente dar un salto hacia delante, creo que al fin su hora ha llegado y todo lo que va a salir de aquí en adelante la va a afectar de una u otra manera. Si es porque sabía lo que se cocía en la cocina, especialmente en la financiación ilegal del partido en Madrid, acabará con sus huesos en los juzgados. Y si no lo sabía, estamos ante la persona más incompetente, inútil y estúpida que ha llegado a la política española. Porque con todo lo que ha pasado bajo sus ojos demuestra que no sirve para nada y que se las cuelan todas por todos lados. Así que es bueno que esta señora desaparezca de la política española si no es por cuestión de delito al menos de prudencia para la gestión.