martes, 9 de febrero de 2016

LOS NERVIOS DE PODEMOS


Hasta el momento las gentes de Podemos están demostrando que manejan muy bien el espectáculo en que se ha convertido la política. Tres minutos para prometer el cargo de diputado o diputada, un bebé en el congreso (que ya no le hemos vuelto a ver), propuestas de gobierno a destiempo o enfados varios. Creo que deben ser conscientes que esto no es la Facultad de Políticas y Sociología (a la cual por cierto yo también asistí y en la que coincidí con parte del grupo fundacional) en la que teníamos que hacer una especie de show para poder atraer a los y las estudiantes y la algarada era un recurso más. Los nervios que observo son producto, solo en una mínima parte, de ese poso facultativo. Ahora deberían entender que los tiempos son importantes y la capacidad de negociación también. Y en este sentido no están teniendo una capacidad de control acorde a las circunstancias. Como dicen en un programa de humor "les puede el ansia viva" y la pasión. Y en política lo primero es un handicap.

Pero con todo y con eso ¿por qué esos nervios? Si obviamos alguna estupidez leída y escuchada en los medios de comunicación, como que desean ocupar el poder cuanto antes, existen varias causas plausibles (sí, aunque ya se que Benedetto Croce estaba en contra de establecer causas para el análisis social y solo se debían situar en el análisis natural) para ese estado de excitación.

La primera opción plausible tiene que ver con aspectos psicológicos. verse desplazados de la centralidad informativa les puede a muchos de ellos y a muchas de ellas. En los primeros días de la formación del nuevo parlamento han tenido una presencia, provocada a todas luces, muy amplia de los medios. En todos esos momentos (el bebé, las protestas por los sitios a ocupar, etc.) su protagonismo ha sido evidente y han conseguido llenar la agenda mediática ante la inactividad del presidente plasmagórico en funciones. Además, desde los medios burgueses y conservadores se pretendía al darles espacio forzar al PSOE. Así que miel sobre hojuelas para todos y todas. Sin embargo, desde que ha sido designado Pedro Sánchez para llevar a cabo la posible investidura, el foco y la agenda se han desviado hacia el dirigente socialista. Incluso la dirigencia noble, los carcas y los jarrones chinos socialistas están casi callados. La agenda mediática está centrada en Sánchez y sus movimientos. O, por desgracia, en otro caso más de corrupción del PP. Por tanto, para un grupo tan egocéntrico y tan aferrado a lo mediático, este traslado puede generar cierto estado de nervios.

En segundo lugar, creo ver que existe una causa interna para este nerviosismo. Las distintas confluencias con las que llegaron al parlamento están comenzando a tener una voz propia y esto ha intranquilizar a la dirigencia de Podemos. Que existe un posicionamiento común en materia política es claro es muchos aspectos, pero de ahí a diluirse totalmente en Podemos o, aún menos, en sus dirigentes parlamentarios creo que hay un gran trecho. Mónica Oltra de Compromís y Alexandra Fernández de En Marea ya han dejado este asunto muy claro. Desde que quisieron conformar cuatro grupos parlamentarios se observa que la posible unidad de acción no es unidad vocal. Y en el momento de conformar gobierno tanto en el qué como en el quién pretenden tener algo que decir y no dejar que sea Pablo Iglesias el único portavoz y el único interlocutor. Por este motivo no es extraño que Iglesias y su grupo dirigente presenten cierto cuadro de ansiedad ya que se les están viendo las costuras del traje. Y cuanto más tiempo pase sin concretar el acuerdo de gobierno más disensiones puede haber. Incluso dentro del mismo Podemos pueden existir roces y discrepancias respecto a las líneas rojas marcadas y respecto a quienes deberían formar parte de ese gobierno.

Una tercera causa podría venir determinada por la posibilidad de unas nuevas elecciones generales o la tardanza por investir al nuevo presidente del gobierno. Explicaré bien esta cuestión que parecen dos pero es un solo factor con dos escenarios posibles. Como digo existe una causa que alimenta los nervios de las y los podemitas y es el desgaste político que están sufriendo y pueden llegar a sufrir. Ante unas nuevas elecciones no es claro que Podemos pudiese mejorar e incluso repetir los mismos resultados. Por un lado, no es seguro que Compromís, En Marea y Ahora en Comú se prestasen a establecer alianzas electorales como en las pasadas elecciones ya que, en buena lógica, tendrían que valorar si pactar con Podemos les suma o les resta para tener voz propia y en la pura aritmética electoral. Ya demostré en otro momento que Compromís, por ejemplo, hubiese obtenido un resultado mejor de haberse presentado en solitario (¿Serán posibles los pactos a nivel nacional?) e incluso con una alianza con IU-UP. Hubiesen obtenido 7 diputados y grupo propio en vez de los 4 obtenidos. Lo mismo podría decirse del grupo catalán de Domenech y Colau o de las mareas gallegas. Estar coaligados a Podemos, para bien o para mal, te quita una voz propia por el tipo de comunicación política que utilizan.

Por otro lado, están cometiendo errores que pueden ser acusados en unos nuevos comicios. Un error fue proponer un acuerdo de gobierno asignándose la vicepresidencia Iglesias y solicitar tantos ministerios como votos habían obtenido Podemos, sus aliados e IU-UP. Proponer un acuerdo de gobierno, que no de investidura, podía ser un acierto. Pero hablar en nombre de otros y añadir la petición de ministerios ha sido un error. Y lo ha sido porque dentro del adanismo que decían representar, esto es, presentarse como un grupo con una nueva forma de hacer política, han quedado señalados como partido parecido a la casta que desdeñaban. Es obvio que en un acuerdo de gobierno ellos y ellas ocuparían ministerios y una vicepresidencia pero al expresarlo así y antes de que Pedro Sánchez tuviese la capacidad de hacerlo les puede haber perjudicado porque, al final, se ha hablado más de los cargos que del programa.

De igual forma que Pedro Sánchez y el PSOE sean ahora los que marcan las pautas temporales no les está beneficiando. Más si cabe cuando están mostrándose ariscos unas veces, nerviosos otras y condescendientes las demás. Además el tratar de poner tantas líneas rojas (como se utiliza actualmente) les puede perjudicar. Normalmente la ciudadanía premia el diálogo y la firmeza de los principios propios. Y existen fórmulas dialogantes para exponer los principios y explicar por qué no se llega a un acuerdo. Es obvio, tanto en el caso del PSOE como en el de Podemos que con el PP del austericidio, de la corrupción interna y externa, del partido que se ha negado a cualquier diálogo no va a haber algún tipo de acuerdo, pero Sánchez al hablar con ellos para decirles que no y que le respondan que menos, les ha ganado la batalla del diálogo, como debería hacer en más ocasiones Podemos. Grupo político que creo que está recapacitando respeto a este tema y en relación a C's. Lo que me sorprende más en esta actitud es que tanto Iglesias como Errejón son doctores especialistas en el tema de los movimientos sociales y deberían saberlo. Si lo se yo mismo que soy doctor pero experto en liderazgo, ellos deberían haberlo tenido en cuanta al ser especialistas.

Estos creo que son los motivos por los que Iglesias y el resto de la dirigencia de Podemos están demostrando un nerviosismo impropio. Desde luego el ser neófitos los puede penalizar algo, pero son los otros factores los que les pueden perjudicar. Y no voy a ser yo quien penalice la profunda pasión que ponen en todo lo que hacen, lo que es muy bueno, pero son suficientemente inteligentes para saber que ni estamos en la facultad de políticas, ni es bueno mostrar los nervios. Eso sí, todos y todas confiamos en que al final se va a producir el deseado gobierno de izquierdas que necesita España para reconducirla y rearmarla tras cuatro años de gobierno conservador y de la troika europea.