viernes, 24 de junio de 2016

El Imperio Británico se va de la UE



Y ganó el Brexit en el referéndum llevado a cabo en Gran bretaña. Y se dispararon las alarmas y los análisis a vuelapié. Lo que más me ha sorprendido de todo lo que he podido ir escuchando durante la mañana es la falta de análisis de las causas profundas y los vaticinios catastrofistas de la parte económica. Ni unos ni otros creo que aciertan. Veámoslo por partes.

En términos económicos la salida de la Unión Europea de Gran Bretaña supone un riesgo para los británicos. Primero porque muchas empresas que tenían su sede europea allí se desplazarán a otros lugares de la UE. Y segundo porque el peso financiero que tenía la capital británica posiblemente decline. Si los ingleses, que no británicos, han decidido irse por propia voluntad que les vaya bonito. Ya lo pagarán seguramente. En la UE se reforzarán las inversiones continentales seguramente. La inestabilidad actual, que se verá a corto y medio, es fruto del proceso de reajuste. Los británicos no han entendido que el 75% de los movimientos de productos, servicios y finanzas en Europa se producen dentro de la UE, así que los continentales seguiremos a lo nuestro. Por tanto, miedo económico no. 

En términos políticos se habla de victoria del populismo, del racismo o demás peligros. Los que atizan con el populismo ven el peligro por Le Pen o Podemos. Más bien Podemos en España. Es común utilizar sucesos exteriores para justificar ataques o medidas interiores, pero poco o nada tiene que ver el populismo con lo que ha sucedido en el Reino Unido. Es algo más profundo. Ni Le Pen ni Iglesias, como dirigentes populistas, se expresan de igual manera que Boris Johnson. El populismo lo que pretende, principalmente, es crear una nueva cultura política y una nueva sociedad. Y Johnson más bien parece querer volver al siglo XIX. De momento lo dejo aquí.

Otros, por el lado izquierda, hablan que todos esto es culpa del austericidio de la Unión Europea. En Gran bretaña poco austericidio han tenido y pocas intervenciones de bancos y demás. Por tanto, el argumento cae por su propio peso en sí. Y la falta de oportunidades de los jóvenes británicos (con salarios bajos dicen algunos trasladando la situación española a otro sitio imaginario) tiene más que ver con medidas que se tomaron en los años ochenta y la existencia de la Commonwealth que con las políticas de la UE. Es más, la pertenencia a la UE suponía un escape a la realización profesional de muchos de ellos. Argumento falso.

Han atizado el racismo para salir de la UE como los populismos de derechas y fascistas. Juro que esto lo he escuchado y leído. El partido Conservador británico lleva atacando a los inmigrantes desde su fundación. Son Tories en parte por esto. La rama Whigh o liberal que se incorporó al partido a finales del XIX es más permisiva, pero poco más eh! No hay un racismo inherente en el partido, existe en la propia sociedad británica. Y quien haya vivido o estado en Gran Bretaña sabe que en el fondo de su pensamiento son así. Algunos y algunas por suerte evolucionaron, pero quedan muchas personas que tienen ese poso. 

En un libro editado hace muchos años True Blues (Paul Whiteley, Patrick Seys y Jeremy Richardson), los autores nos enseñan que existe una amplia facción en ese partido, que ellos califican de Tradicionalista, a la que hoy representa Boris Johnson. Siempre han defendido la repatriación de inmigrantes, la no integración europea, la no solidaridad con otros países, etc. (p. 133). Por tanto no se de que se asombran. Pero ese racismo latente no es la principal causa de su salida. Es más ese rechazo al otro tiene una gran raíz en la verdadera causa primigenia.

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea está vinculada al pensamiento Imperial del país. Por ese motivo, ni Irlanda, ni Escocia han votado a favor de ella. El sentido imperial tiene gran poso en los ingleses (no en todos los británicos), como el nacer de la cultura occidental lo tiene entre los griegos, por ejemplo. Parte de su conciencia colectiva se funda en ello (otra parte, la del origen, en las leyendas artúricas). No son racistas porque nieguen al otro en sí, sino porque, sin negar su humanidad, lo ven como un ser inferior frente al imperio que ellos representan. 

Esta creencia imperial, que se puede observar en toda la pompa y circunstancia que les rodea siempre, es la que provoca que hayan decidido irse de la UE. Europa continental, como adversario siempre, les ha estado negando su propio destino histórico. Ellos tienen su Commonwealth donde son los primeros. No los iguales (los iguales son sus pares que están en la cámara de los Lores), sino los primeros y más influyentes. Estar en la UE supone, en la mente de estas personas, estar ahogados por unas normas que no son las suyas. Ellos no necesitan un Bill of rights o una Constitución, solo con su Tradición les basta. Ellos son la cabeza del Imperio y no tienen porqué claudicar ni tratar a nadie como un igual.

No hay populismo en ello. No quieren una nueva cultura que supere dialécticamente a la existente. Ellos ya tienen su cultura que entienden superior. Para mercadear ya sacarán sus ideas librecambistas, como hicieron a finales del siglo 18 y durante el 19. Y si no, ya tienen a su hermano pequeño (Estados Unidos) y sus colonias para ello. Se sienten europeos en tanto en cuanto parte del continente euroasiático. Pero siempre, desde el rey Arturo al menos, ellos son diferentes a los continentales. Ni su filosofía, ni su derecho, ni su mentalidad ha ido pareja a la de aquellos que vivían allende los mares.

Exacto, no solo son un Imperio sino que, además, son una isla en el Atlántico y el mar del norte. No son iguales en modo algunos a los burócratas de Bruselas, ni a los cabeza cuadradas de Berlín, ni a los sofisticados de París, ni a los toreros vagos de Madrid. Ellos son superiores por Imperio, cultura y tradición. No busquen en cosas raras la salida. La historia y la antropología política ya nos muestran los porqués. El discurso de la opinión publicada (no la doxa griega que es lo que yo he mostrado) es una justificación in externis.

miércoles, 15 de junio de 2016

REFLEXIONES IDEOLÓGICAS SOBRE EL DEBATE



En el post anterior hablé sobre las impresiones que deja el debate a cuatro en el inconsciente de las personas. En ese caso en el mío propio. Casi todas las crónicas posteriores, el llamado postdebate que es tan importante como el debate en sí mismo, hablan de ganadores y perdedores. Se hacen encuestas, trolleadas por los distintos Dircoms de los partidos eso sí, para seguir en el juego antagonista de buenos y malos. Incluso en mi propio post yo me lance, en cierto modo, a ese juego. Pero la perspectiva temporal y el alejarme de lo escrito "en caliente" ayuda a reflexionar sobre aspectos del propio debate que son tan importantes como lo dicho en sí. Mi reflexión actual apunta, por tanto, al relato teórico del propio debate, a lo que se encuentra detrás de los eslóganes y propuestas presentadas; a la ideología o sentimiento ideológico de lo que allí se dijo.

Comenzando por el presidente del gobierno en funciones y plasmagórico, más conocido como el sobresueldos, decir que en materia económica siguió la líneas del liberalismo (de amiguetes), ora dictado desde Berlín, ora dictado desde la cúpula de la CEOE. Las propuestas realizadas están más en consonancia con la apertura total del mercado primando al factor capital frente al factor trabajo. Rajoy es el muñeco político de las grandes empresas de la coalición dominante del bloque en el poder en materia económica. Toda su argumentación se encaminaba a salvaguardar al capitalismo financiero, el cual es quien domina el sistema. Su preocupación por el Brexit británico no era tanto por la quiebra de la unidad de la UE como por las pérdidas financieras que supondrían para el capital español. La íntima red de intereses puramente financieros es la preocupación máxima del Ibex 35. Lo que le ocurra a las PYMES ya se verá, lo principal es salvaguardar las finanzas de unos pocos. Ni una de las propuestas se encaminaban a mejorar las condiciones económicas del factor trabajo, ni de las personas autónomas.

En el plano de la teoría política, que no se puede desligar del factor económico, Rajoy mostró ser un pleno defensor de la posición conservadora. Su defensa de la unidad de España se hizo desde una visión donde la pluralidad es negada rotundamente, Me recordó en algunos pasajes a De Maistre, pero sin capacidad mental, porque mostró un tradicionalismo exacerbado. Como buen conservador (y católico) su visión sociopolítica de España es aquella donde los mejores (ellos) deben gobernar y dominar el sistema. Queda la ciudadanía, entonces, como mera agregación de individuos iguales ante la ley y como mero elemento decorativo al servicio de los intereses de clase. Incluso cometió un error histórico en sus ataques, la Constitución de 1812 no tuvo aplicación real jamás en 1812, por tanto la Inquisición no fue abolida ese año sino en 1834 durante la regencia de María Cristina y el gobierno de Martínez de la Rosa (Napoleón y José I la abolieron también pero legalmente no fue hasta ese año). Pero lo peor no fue el lapsus histórico sino acusar de inquisidor a alguien que pretende que el gobierno deje de controlar el poder judicial. Fortalecer la división de poderes le parece mal al señor Rajoy porque así no podría seguir con su tradicionalismo y su mentalidad de que España es su cortijo privado. Solo ellos (sí utilizo adrede el masculino) están ungidos por dios para gobernar los designios de la triunfal y gran España. El mito de la España imperial sigue presente en sus cabezas. La ley mordaza, que le recordó Iglesias, es solo un instrumento para mantener el orden (su orden) y conseguir la completa subordinación de las mentalidades de los españoles y las españolas a su doctrina.

Pablo Iglesias, bajo un tono moderado y conciso, expuso una serie de recetas económicas que afirmaban su apuesta por el modelo nórdico de gestión económica y fiscal. Lo del catálogo de IKEA se encuentra muy vinculado a su teoría económica y social. Defendió postulados clásicos de la socialdemocracia sueca y/o noruega apoyándose en un crecimiento por el lado de la demanda y con políticas expansivas. Muy keynesiano en suma. Sus propuestas, seguramente, calaron en el ánimo de las personas porque incluían muchos elementos de protección y, cosa que no hicieron los otros tres, propuso un impuesto a las transacciones (aunque no explicó si las comerciales estaban incluidas o no) de capitales. Atacó directamente, de esta forma, a la coalición dominante actual. En mi opinión esto no es suficiente porque deja de lado algunos factores económicos importantes pero, dejando de lado las cifras reales o irreales que ofreció, retomó el discurso ochentero del PSOE (cuando mayor crecimiento productivo se ha tenido en democracia) para actualizarlo y dejar en bragas al propio PSOE.

Donde peor estuvo fue en el terreno de la teoría política o ideología que sustenta su proyecto. En el tema de la pluralidad de España estuvo perfecto a presentar otra forma de gestionar los nacionalismos. Ponerse como ejemplo diciendo que son mayoritarios en Cataluña y Euskadi y afirmar que no hay que tener miedo a la democracia sumó en su favor. Poner en valor la democracia frente al tradicionalismo fue un acierto, mas sigue sin explicar el porqué (no se si por desconocimiento) del referéndum como algo necesario y democrático. Sin embargo, producto de la moderación que está teniendo como primera fuerza de la oposición, perdió el punch o la frescura de su proyecto populista y/o hegemónico. La virtud de Podemos se encontraba ahí precisamente, pero ahora parece haber una confusión teórica que provoca la pérdida de la transversalidad errejoniana en favor de otra cosa o mezcolanza. Eso sí, siguen sin aclarar cómo hacer, en sentido práctico, más democrática la democracia. Pero es lo que tiene aspirar a gobernar un país, que las aristas se van limando.

Albert Rivera no se escondió en el plano económico. Es claramente un liberal clásico para lo bueno y lo malo. Tiene el contenido social de Churchill o Beveridge pero es un claro defensor de una economía de mercado lo más libre posible. Potenciando el factor capital siempre. Van incluso más allá que el PP y se nos muestran como auténticos librecambista para todos los factores productivos. A diferencia del liberalismo económico del partido conservador, Rivera se muestra disconforme con el capitalismo del amiguetes pues es lo contrario al esfuerzo creativo del modelo ideal de empresario.

En el plano de la teoría política no se puede decir mucho salvo la defensa del constitucionalismo y la división de poderes. No existe más teoría en ellos salvo la visión del individuo/empresario. Es paradójico que llamándose Ciudadanos no apuesten por el republicanismo liberal, por un concepto más elevado de ciudadanía o por una defensa del agonismo. No sabemos su posición respecto a la libertad, la igualdad y la justicia social. Y no creo que piensen igual que el PP en este punto, pero no se han definido o no saben definirse. Tal vez tengan demasiados abogados y economistas y pocos técnicos en otras materias.

Pedro Sánchez es el típico producto de la factoría de cuadros débiles del PSOE. Sus propuestas económicas no van más allá de una pequeña expansión del gasto por vía de la demanda pero sin atajar problemas derivados del modelo de producción. Iglesias apostó por un nuevo modelo basado en las fuentes alternativas de energía y Rivera por uno basado en las nuevas tecnologías. Sánchez no expuso nada parecido porque le vale lo mismo ocho que ochenta. Su interés estaba en las políticas sociales (lo que no es malo) o, mejor dicho, en asegurar los servicios sociales, independientemente de quien los ofrezca. Su gran propuesta fue eliminar el copago farmacéutico a los y las pensionistas ¿y el resto de cuestiones que afectan a las demás personas qué? Incluso Rivera fue más explicito en la defensa de la ley de dependencia que él. Aquí radica el gran problema del PSOE de Sánchez y Sevilla, que con fórmulas liberales en lo económico (sin atacar a la coalición dominante) pretenden generar ingresos suficientes para hacer políticas sociales. Y así no se consigue salvo en etapas de sobreabundancia económica. Pero es que, además, se pretende sufragar casi cualquier cosa al albur de la última tontada que se ponga de moda y parezca progre. ¡¡Pero si han dejado en la estacada a la cultura desde hace años!!

En el plano de la teoría política el PSOE se ha instalado en el buenismo. Pedro Sánchez se dice socialdemócrata pero ni su discurso ni su actitud denotan ese marchamo ideológico. ¿Qué libertad defiende? ¿Qué igualdad defiende? ¿Qué fraternidad defiende? ¿Qué aspectos del republicanismo defiende? ¿Qué sociedad futura defiende? Ni él ni nadie por él puede responder a estas preguntas claves porque tienen difícil respuesta. Dijo que el PSOE era el partido de las mujeres como máxima esa noche. Habría que decirle que de parte de las mujeres porque el movimiento queer creo que está con Unidos Podemos. Pero hablaré más adelante del machismo. No vale con catalogarse de socialdemócrata, hay que demostrarlo en lo económico y lo político. Y, por desgracia, las diferencias de fondo no existen con un partido liberal.

De verdad que tenemos unos dirigentes políticos poco leídos. Iglesias tal vez el que más pero solo de una parte del espectro intelectual, lo que le deja cojo. Se queja Sánchez y sus corifeos de que hay una pinza entre Rajoy e Iglesias para polarizar la campaña y no lo creo. Lo que hay son dos posiciones que tienen clara su ideología en términos económicos y políticos. El PSOE y C's fallan en ese sentido, y más en lo político. Si el debate se hubiese definido en términos económicos, sin duda los vencedores por tener la mayor convicción de lo que defendían, hubiesen sido Iglesias y Rivera. Si en términos éticos, se repetirían los vencedores. Si en términos políticos Iglesias y Rajoy. Si en términos internacionales Sánchez y Rivera. Si en términos empresariales Rajoy y Rivera. Si en modelo productivo Iglesias y Rivera. Si en términos globales, Rajoy e Iglesias. Puede gustar o no lo que digan, pero en términos generales demuestran más solvencia general.

Eso sí, los cuatro fallaron en términos feministas. Todos ellos son representantes del patriarcado, del macho alfa. Su lenguaje fue totalmente machista, sin capacidad de utilizar los términos neutros. Sánchez de vez en cuando utiliza ambos géneros, pero en cuanto se sale del guión y los papeles, no es capaz de hablar neutro. Lo más gracioso es que se pusieron a defender el feminismo sin saber qué es. Desde luego el PSOE ha destacado en la defensa de los derechos y la igualdad efectiva, pero Sánchez no lo ha asimilado y se queda en la mera receta. El proyecto hegemónico de Iglesias no hace distinciones porque ataca al núcleo duro del patriarcado. Por tanto, lo femenino queda subsumido en una lucha global. A Rajoy no le vamos a pedir que cambie ya, y más cuando las propias mujeres del PP son felices con el rol que tienen. Y Rivera debería estudiar más como le pasa en lo político.

Como dije en el post de ayer, hubiese sido mejor que debatiesen confrontando sus ideas y teorías que las propuestas en sí. La ciudadanía hubiese sacado más cosas en claro. Si se utiliza la propuesta como ejemplo de la teoría no solo transmites valores sino que capacitas la imaginación del electorado para vislumbrar el futuro. ¡Ah pero para eso hay que tener cabeza y aptitudes! Y parece que esta gente no las tiene. En definitiva, uno esperaba algo más de estos políticos pero acabé aburrido y defraudado. En el caso de Rajoy, Sánchez y Rivera porque parece que no dan para más, y en el caso de Iglesias porque se quedó corto y tímido. Así nos lo ponen difícil para votar. Bueno, siempre queda el PCPE.

martes, 14 de junio de 2016

EL DEBATE 2016: Y PERDIÓ LA CIUDADANÍA


¿Qué decir de un debate del cual pienso que no sirvió para nada? Está demasiado lejos de las elecciones para generar un voto por pasión (más que por razón) y la ciudadanía ya está saturada de ver a las mismas personas con los mismos mensajes todos los días. Pero bueno intentaré plasmar mi opinión sobre el asunto con la mayor brevedad posible.

A diferencia del debate para las elecciones del 20-D, éste lo he vivido en vivo y en directo en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Por tanto, mi visión del mismo difiere por el propio contexto. Haber podido ver los entresijos, escuchar los off the records, oír las opiniones de los equipos de asesoramiento de los candidatos o ser testigo de las opiniones en directo de los y las periodistas, sin duda, cambia mi perspectiva respecto al anterior debate.

Ya el formato del debate animaba la desidia y la desesperanza, en especial cuando tienes que tomar un montón de notas y twittear el debate en sí. Y no me defraudó en ese sentido. Fue aburrido e insulso. Salvo alguna rajoyada y alguna escaramuza entre Rivera e Iglesias, el resto fue plano, plano, plano. En el plano de las políticas económicas y sociales hubo muchas propuestas que, o bien nos las creemos o bien no, pero carentes de toda referencia a un futuro mejor o distinto. Ninguno de los contendientes consiguió que nos creyésemos sus propuestas de economía-país. Nos podrán parecer buenas unas o malas otras, pero ilusión ninguna. ¿Por qué no quitan este espacio de los debates? Además, tienen el mal gusto de comenzar casi siempre con el mismo. ¡¡Aggg!! Rajoy sigue en su mundo celestial y de culpar de todos los males al ex-presidente Rodríguez. Pedro Sánchez nos promete derogar la ley laboral, pero bueno no toda, solo lo malo. Y ¿qué aspectos positivos tiene? ¿por qué no nos dice qué cree que es bueno? Opción a) NS/NC, Opción b) porque puede quedar mal. Rivera defendió a sus autónomos y a su clase media. Y Pablo Iglesias nos prometió una política expansiva por el aumento de ingresos que se han inventado Juan Torres y Vicenc Navarro. Vamos creerle es un acto de fe. Aburrido 1. Descanso para un sandwich de atún, un refresco y un piti.

Uyyy la pinza

El segundo tramo trató de regeneración política y democrática. Aquí esperaba que algo más se moviese el debate, aunque fuese por la sola lógica de echarse los trastos a la cabeza. Y comenzó con una rajoyada, la corrupción se combate con la ley y "castigando con castigos". ¡¡Oleee!! Claro que con un partido podrido como tiene, bastante hizo con no salir huyendo en este tramo. Pedro Sánchez intentó explicar un nosequé queseyo regenerativo y propuso como mayor oferta prohibir las puertas giratorias durante cinco años (Iglesias las quiere prohibir por siempre que para eso él es más chulo y leninista). Rajoy le recordó los ERE y le acusó de querer "politizar la moral". Si leyese algo distinto al Marca, el Sr. Rajoy sabría que la moral es siempre política. Otra cosa es que Rajoy y el PP son amorales en política y les debe molestar que los demás sí tengan conciencia ética al ocupar los cargos.

Aquí la sorpresa, para mí, vino de Albert Rivera que tuvo la valentía de decirle en su cara al sobresueldos que es "realmente" un sobresueldos. Vamos que él ha cobrado en B y que su partido es una cueva de ladrones. Y bastante le fastidió al presidente en funciones porque llamó inquisidor a Rivera. Vamos los pájaros tirándose a las escopetas. Y mientras Iglesias mirando a todos sin poder creerse lo fácil que se lo estaban poniendo. Eso sí, propuestas y discurso éticos de todos, nada de nada. Así que en lo que llevamos ni teoría económica, ni teoría ética. Aburrido 2. A por un trozo de tortilla de patata, segundo piti y unas fotos que le hago a Edu Galán (Mongolia) con una careta de Herzog.

Refrigerio

Y después de esto, si les digo la verdad, tengo muchas notas y tres huevos duros, pero sensaciones de algo que mereciese la pena no. Rajoy hizo de Rajoy. Rivera consiguió asegurar a su electorado medioclasista e Iglesias consiguió ser visto como el jefe de la oposición y la verdadera alternativa al PP. Dejo a Pedro Sánchez para el final. ¿Ganó alguno? En sí no. Perdieron los ciudadanos y ciudadanas que no pudieron escuchar relato alguno sobre un futuro mejor y distinto; que no pudieran verse reflejados en esos cuatro tipos allí plantados; que no vieran un debate serio sino una retahíla de frases y propuestas más o menos atractivas; que no escucharon deliberación; que se sintieron aún más lejos de quienes dicen representarlos. Todos quieren mejorar la democracia pero sin contar con la ciudadanía como se demostró ayer. Algo que comparten nuevos y viejos. ¡Qué paciencia tenemos!

¡Anda Fernando!

Y Pedro Sánchez a lo suyo. Y ¿qué es lo suyo? La nada. No he visto candidato socialista tan vacuo y vacío en mi vida. carece de toda empatía personal. Si pueden recordarlo, toda la noche apareció en las pantallas con la sonrisa forzada y más tieso que una estaca. Quiso ser la estrellita llegando más tarde al plató por el maquillaje. No tiene fuerza argumentativa.No se sabe qué tipo de teoría política defiende (si es que tiene alguna en su cabeza). Utiliza el recurso, muy mal visto en España (como recordarán con Ana Botella), de ir a todas partes con su santa. Y lo peor es que su mujer es ejecutiva de una empresa de servicios (y contratos precarios). Representa lo que él quiere que no exista ¿o no? Como dije en un post anterior, esta es la ejecutiva socialista más impresentable en siglos. No hay nada más allá de los mantras. Y sigue, además, con una campaña errónea cuando debería haber salido al ataque. Desde luego el debate puede servir de poco, pero quien peor parado ha salido es él. ¡Qué larga se le va a hacer la campaña! Si al menos mintiese y dijese que es de izquierdas algo ganaría, pero ni eso. Está haciendo seguidismo de Iglesias y por este motivo le proclama como jefe de la izquierda. No creo que tenga un quo vadis durante lo que queda de campaña. Así que me parece que va de bajada y al pilón socialista.

La soledad de Sánchez

domingo, 5 de junio de 2016

PERO ¿QUIÉN DISEÑA LA ESTRATEGIA DEL PSOE?



Viendo los resultados de las encuestas y viendo la gestión electoral que está haciendo últimamente el PSOE, me pregunto ¿quién la ha diseñado? Y me hago esta pregunta porque está cometiendo los mismos errores técnicos que en la anterior y la comunicación política no es mala, es peor. Si la hubiese diseñado el PP seguramente no hubiese tenido tan mala fe. Todo eso del marketing político, ahora conocido como Comunicación Política, está muy bien cuando hay candidato y hay mensaje. Por mucho que algunos y algunas se crean lo más de lo más, es imposible hacer que un mono gane unas elecciones. Bueno, me pasé. Bajo ciertas circunstancias es factible lograrlo, pero ahora no se dan esas circunstancias. Y menos si quien te aconseja es tu peor enemigo.

La verdad es que desconozco quien está detrás. No hay, por tanto, una fobia profesional o personal. Pero los errores son mayúsculos y se pueden resumir en dos grupos: políticos y técnicos. Comenzaré, por brevedad, por estos últimos. El primer aspecto, el cual se ha trabajo muy poco en estos meses, es la poca capacidad de transmisión de Pedro Sánchez. Podrá tener charm y ser guapete pero en cuanto abre la boca espanta y aburre. Su discurso está lleno de tópicos típicos y no ha trabajado nada su lenguaje corporal y la forma de expresarse. Parece serio y aburrido. Vamos que no incita a irse de cañas con él, salvo, tal vez,  por el atractivo físico y en este caso "para gustos los colores". En segundo lugar, durante los mítines siguen insisten en situar a personas detrás del candidato, lo que provoca distracción visual. Y más si alguien se rasca la nariz, se duerme o a saber qué. Digas lo que digas puede destrozarte el mitin un factor como ese. Item más si utilizas paneles transparentes con el eslogan. Al final ni lo uno ni lo otro.

En tercer lugar, los actos son en recintos pequeños (o reducidos adrede), reflejando un claro miedo al vacío, y con un escenario en el medio. Este tipo de escenografía no ayuda a transmitir y a estar atento al discurso. Y ya el nova más es cuando hacen los actos en plaza pública. Aparece el candidato soltando un speech que, muchas veces, no tienen nada que ver con el lugar donde se encuentra y rodeado de cuatro supuestos viandantes. Eso no transmite cercanía. Más bien transmite que ni dios va a tus mítines, que vas cuesta abajo. Y, en cuarto lugar por no extenderme mucho más, el PSOE ha sido el primero en presentar su campaña/eslogan electoral. Y aquí, como en el western, cometieron dos errores: uno, salir los primero; y dos, hablar del cambio. Felipe González ya gastó esa palabra en su época para el PSOE hasta dentro de muchos años. Volver a insistir en lo mismo sitúa al PSOE de Pedro Sánchez en el pasado, no en el futuro. Por desgracia el cambio, la novedad, no le corresponde al PSOE en nuestra época. Desde esa premisa es desde donde debían construir. Si a esto le sumas el "puedo prometer y prometo" te vas más al pasado aún y a otra posición ideológica. Si Adolfo Suárez dijo aquello es porque él sí podía prometer. Sánchez no puedo y seguramente no podrá. Ustedes pensarán que esto son chorradas pero les puedo asegurar que elementos técnicos bien utilizados ofrecen una imagen distinta e influye en la ciudadanía. Pero el plan coleguita de barrio o ayuda y el de cuñado cansino menos.

Ahora bien, la utilización de recursos técnicos poco puede hacer sin cuestiones políticas de discurso y programa. Cuando hablo de estas cuestiones no me refiero a la oratoria y a un programa en papel. Sino a un discurso con perspectiva, con proyección, en resumidas cuentas, con futuro inserto. ¿Alguien podría decirme cómo sería su futuro si gobernase el PSOE de Sánchez? Mejor que con el PP dirían algunas personas. Pero eso no basta para hacer que la gente te apoye y te vote. El voto contra algo o alguien funciona una vez, dos, pero no más de tres en partidos nacionales. En partidos monotemáticos y/o regionalistas es diferente porque esa confrontación es parte de su ser mismo y se encuentra ligado a su devenir político. Pero la cultura del amigo/enemigo no funciona perpetuamente en las democracias. En algún momento hay que aceptar lo agonístico y lo adversarial. Y en contiendas democráticas ese espacio es muy reducido y, además, en España ese discurso ya se lo ha apropiado el PP. Son torpes hasta para eso.

El discurso que nos ofrece Pedro Sánchez está saturado de mantras, clichés de partido y carece de proyección de futuro. Nos ofrecen muchos productos electorales pero no nos transmiten cómo van a llevarlo a cabo. Su capacidad discursiva no llega al epicentro emocional de las personas tanto como para hacerlas ver ese futuro inmediato si gobernasen. Algo que también le sucede a C's, aunque este partido acepta su rol utilitario y mediato. El PSOE tiene en su alma ser un partido de gobierno, no el de ser edecán de nadie. Y aquí está el gran error de campaña, hasta el momento. No ha trabajado estos aspectos cualitativos. Porque se pueden trabajar y afirmar. Que Sánchez no es un dotado de virtudes oratorias es obvio, pero no son completamente necesarias si el mensaje se encuentra dentro de ti. Y lo peor es que no es un caso aislado. Los que le acompañan en la dirección del partido están igual. Son apparatchiks no políticos y políticas. Han ascendido a la sombra de otros y otras sin pensar en el socialismo en sí, sino en lo meramente técnico. No pueden hacer un discurso distinto porque no entienden lo que pasa más allá de los muros psicológicos de partido. El programa, programa, programa" de Anguita fracasó, así que seguir esta táctica es un error.

Un segundo error político es competir en el espacio moderado. Si quienes te hacen daño están a tu izquierda, blanco y en botella. Pero no. Pedro Sánchez y sus corifeos están decididos a competir en un espacio que le han asignado exteriormente (PP, Podemos y Grupos Prisa) y que, para más inri, se encuentra parcialmente ocupado por el PP naranja (C's). El PSOE no está sabiendo salir de esas fronteras que le han asignado y que ha aceptado sin rechistar. Y eso que la maquinaria del Grupo Prisa ha decidido apoyarle casi más que en tiempos de Felipe González (al menos de forma más abierta). Se quejaban de no tener grupo mediático detrás y cuando lo tienen no lo aprovechan. Fue un error del PSOE no haber admitido que se había equivocado con Sánchez (el blandito habría que decir) y haberlo cambiado por otra persona hace un mes. Y esto puede tener consecuencias funestas porque se está transmitiendo la idea, real, de que Sánchez está para salvar los muebles que pueda. Un Sánchez que, por cierto, aún no ha asumido que su pacto inquebrantable con C's fue un error grave por el significado moderado que tenía. Y, encima, hace unas manifestaciones diciendo que si depende de Iglesias para ser presidente nunca lo será. Y este mensaje se le vuelve en contra de dos formas. Una, le pueden decir, ya se lo están diciendo, que él no va a ser presidente del gobierno de ninguna de las formas porque no le va a dar para eso la suma electoral. Y, dos, incita a las personas a votar a Iglesias porque le confiere poder de decisión (o a Rivera sensu contrario). Así que mejor votar a quien puede decidir que a quien no. Si para que haya un gobierno de izquierdas la decisión última la debe tomar Iglesias parece más sencillo votar a Unidos Podemos que al PSOE.

Lo que vengo manifestando, ni discurso, ni técnica, ni equipo. Porque esa es otra. Pone de número dos a una persona que intentó con todas sus fuerzas encarcelar a compañero del PSOE ¡¡estando en un gobierno socialista!! Y no lo hizo por un afán de Justicia sino en favor de su jefe en aquel momento, el Sr. Belloch. El cual aspiraba a suceder a González presentándose como el látigo justiciero y de esta forma dirigir el PSOE postfelipista. Como he manifestado, ni el peor enemigo le hubiese asesorado tan mal.

No veo claro el futuro del PSOE y su campaña parece que va a ser horrenda salvo imprevistos. No se está dirigiendo al electorado que le puede reportar un nuevo vigor, ni ha diseñado una campaña de combate (algo en lo que los y las socialistas han destacado siempre. Se encuentra en la blandura, el buenismo, en lo soft, al final, en la ruina electoral. Menos mal que les queda Andalucía y lo rural ¿o no?