lunes, 31 de octubre de 2016

Pedro Sánchez: traidor, populista, demagogo y llorón



Interesante la entrevista de Pedro Sánchez en Salvados. ha dejado claro que, como he denunciado reiteradamente, en su cabeza solo cabe un proyecto: él mismo. Renunciar al acta de diputado, gesto que algunos ven como digno pero yo lo califico de cobardía e insolidaridad, para dedicarse a recorrer las agrupaciones socialistas en pos de una nueva elección suya; e ir a una entrevista post-dimisión para darse autobombo contra el PSOE, no es la mejor solución para resolver los problemas del socialismo patrio. Y menos aún por la senda que ha elegido el señor Sánchez, el populismo barato (al menos Podemos es un populismo pensado). De igual forma queda patente que en algún momento de este recorrido ha estado mintiendo dolosamente. Descubrir si es ahora o antes será crucial para el devenir del PSOE (Pedro Sánchez en el confesionario).
Comenzando por lo menos importante, reitero que la dimisión (la segunda en apenas un mes) de Sánchez no la calificaría de acto de dignidad política. Nadie le hubiese reprochado votar NO el sábado y hubiese reforzado su imagen de haber sucumbido a las baronías territoriales. Esa postura le hubiese afectado positivamente, consiguiendo además un refuerzo entre la militancia. Pero no. Esperó a hasta saber que ni los diputados del PSE, ni algunos de sus más estrechos colaboradores se iban a abstener y huyó pegando un portazo, asegurándose de desencajar las molduras. Fue cobarde por no encarar la batalla por segunda vez y fue desleal con compañeras y compañeros que sí se arriesgaron votando NO (más "sus" dos independientes). Se va para intentar volver al estilo Mac Arthur aunque me temo que jamás regresará a Ítaca.

Pedro Sánchez me recuerda en este sentido a Paris, el hijo cobarde de Príamo que raptó a la bella Helena pero que, por su cobardía, acaba llevando a la muerte a sus hermanos (en especial Héctor) y a la desaparición de Troya. Al igual que Paris, Sánchez ha sido incapaz de enfrentarse a las baronías de verdad. Y cuando se vio frente al peligro huyó tanto de la ejecutiva como del parlamento. Analizándolo con serenidad, si no hubiese dimitido de secretario general igual ahora estaríamos hablando de otra situación a nivel general. Los estatutos le respaldaban para seguir el tiempo necesario. Pero ante la primera herida (como la que le hizo Menelao a Paris) salió corriendo, en su caso hasta Estados Unidos, dejando a sus congéneres troyanos batiéndose el cobre. Y en la segunda batalla (la parlamentaria), ha vuelto a hacer lo mismo. Tras ver que la abstención iba a ser mayoritaria, huye de nuevo dejando solos a sus conmilitones. Vamos ni lo ha intentado. Si la historia troyana (más mito y leyenda que realidad) nos demostró algo es que más vale perecer como héroe (Héctor o Aquiles) que salvarse como un cobarde (Paris), porque los cobardes no son de fiar y no sirven para generar nada nuevo (Eneas sería el héroe de la fundación de Roma tras salir de Troya). Solo quedan como recuerdo de lo que no debe ser. Y como tampoco tiene la inteligencia de Ulises, pues malo.

Lo que he expuesto es solo una descripción que define al personaje. Un claro ejemplo de los cuadros que posee el PSOE en estos tiempos. Aupados a las mieles por ser buenos ejecutantes y saber utilizar un léxico inocuo, siempre se acaban plegando ante los poderosos o los valerosos. Si se dan cuenta, Susana Díaz sigue pautas de comportamiento similares. No entra en las batallas hasta que están ganadas. Dejaré el tema psicológico-sociológico a un lado para analizar algo que me preocupa bastante más. No solo sale huyendo Sánchez sino que se va haciendo todo el daño posible y prometiendo regresar con un gran proyecto: él mismo.

Como he dicho, malo es evitar la confrontación, pero peor es intentar hacer tierra quemada al irte. Eso es situarte en el terreno agonístico y no en el adversarial deliberativo. Y su entrevista en Salvados más que despejar dudas las genera. Decir que el grupo PRISA y ciertos poderes le habrían presionado para abstenerse no resulta sorprendente. La coalición dominante lo hace, o intenta hacer, siempre sobre todos los partidos (incluso Podemos se ve afectado por ello aunque no lo parezca). Por eso son la coalición dominante del bloque en el poder. Ahora bien, ni las fechas cuadran, ni la actitud de algunos personajes tampoco. Normalmente para ejercer presión, los poderosos se sirven de edecanes e intermediarios, no lo hacen directamente. Extraña por tanto que el propio César Alierta se haya metido en ese charco directamente. Como mucho preguntaría ¿has valorado la abstención en favor del PP? O algo por el estilo. Claro, que reconoce también que sí le dijo lo de la abstención de González, así que la capacidad de mentir de este personaje es cuando menos manifiesta (Pedro Sánchez pidió ayuda a Telefónica).

Tampoco extraña que los medios estén a favor o en contra de unos y otras. Todos tienen el suyo en algún momento y cualquier país. Es puro marketing y búsqueda de mercado más o menos especializado. Pero igual que a Sánchez le apoyó PRISA en las primarias, en la caza y captura de la federación madrileña, así mismo se pueden poner en contra. Nada nuevo bajo el sol y nada que reprochar. Al contrario, bien estúpido él por pensar que podría aprovecharse de los medios. Pero me preocupa más lo que no está siendo noticia. Lo que dijo sobre el partido.

Volvió a reiterar que hay que darle la voz a la militancia con primarias y un congreso; que el mandato de la gestora expiraba ya; que se equivocó al calificar a Podemos como populista; y la relación con el PSC. Comenzaré por esto último. La relación PSOE-PSC siempre se ha visto salpicada de roces desde 1978. Hay que tener en cuenta que el PSC se forma con la unión de Convergencia Socialista de Cataluña (en el resto de España también se asociaron porque tenían cuadros muy válidos y presencia, que no militantes), Reagrupament y la Federación del PSOE en Cataluña. Tres corrientes bien distintas y con personalidades diferenciadas. En todo este tiempo, esas tres almas se fueron diluyendo en el PSC de las dos almas (la catalanista y la españolista regionalista). Existía un quid pro quo donde el PSOE no se metía en las cosas del PSOE, y el PSC en las del PSOE aunque participasen en los órganos del último. Tensiones siempre hubo porque querían más catalanismo en el PSC, lo que culminó en el Tripartito y el nuevo Estatuto de Autonomía. Desde entonces comienza el declive del PSC y su deriva más catalana que es aprovechada por C's (mucho más que en Comú Podem). 

Pero las relaciones asimétricas al final tienden a estallar por algún lado. No puede ser que el PSC haga de su capa un sayo y actúe completamente con independencia y, a su vez, quiera seguir influyendo directamente en el PSOE. Sin duda debe existir un debate claro. Pero la defensa que hace de la relación Sánchez nada tiene que ver con la relación en sí. Si le han escuchado no ha dicho absolutamente nada salvo que hay que mantener la relación. Los defiende porque no quiere perder sus votos. No vean en ello una defensa de valores ni nada por el estilo. Son votos solamente. Ni sabe lo que es una nación de naciones (una contradictio in terminis), ni sabe lo que es el federalismo (esto creo que ni la gran mayoría de los que hablan sobre ello y hasta publican libros y artículos), solo se mueve, como siempre ha hecho, en las coordenadas de poder del partido. Pero, por mucho que le pese a Sánchez, el debate va a estar presente porque no se puede obviar, no tanto por mantener el No que es completamente lícito, sino por los argumentos de autonomía institucional que han esgrimido (por cierto, el PSC pedía una consulta a la militancia que ellos no han realizado).

También entona el mea culpa Sánchez con Podemos al decir que se equivocó al calificarlos de populistas. Y, añade, que debía haber alcanzado un acuerdo con ellos. Lo del acuerdo es discutible según las propuestas, el tono y el acuerdo de gobierno en sí. Pero decir que Podemos no es populista es como decir que la Tierra es plana. Podemos son populistas, ellos mismos se autodefinen así, y antisistema (hay populismos sistémicos). Y eso es bueno o malo según como se mire. No voy a entrar en virtudes y negatividades del modelo de Podemos, ni en su ideología, pero que Pedro Sánchez diga ahora que fue un error calificarlos así demuestra dos cosas: primero, parece que quiere hacerse un hueco en los medios del espectro podemita; y segundo, sigue situando los errores del PSOE fuera del partido y no dentro. Si, como he mantenido en otros momentos, todo esto proviene de la época de Rodríguez, Podemos es un síntoma no la enfermedad. Por tanto, si pretende retornar como Cirujano de Hierro que ya conoce la enfermedad, creo que sigue sin darse cuenta y comienza a dar pánico. Esto no se trata de populismo, sino de análisis general. Un análisis que él nunca ha entendido. Ni cuando posó con una megabandera española, ni ahora que cree que sus amigos son los de Podemos.

¿Expira el mandato de la Gestora? Solo cuando se elija una nueva ejecutiva. ¿Debe convocar un congreso ya? No si es extraordinario, ya que volveríamos a aplazar lo inaplazable que es el análisis. Son cada vez más las voces, a ambos lados, en favor de que se convoque un congreso ordinario y que las primarias sean posteriores. Esto supondría saltarse los estatutos, sí. Pero también se los saltaron en el año 2000 cuando fue elegido Rodríguez, y en el año 2014 cuando fue elegido Sánchez y a nadie le pareció mal del todo. Y entiendo que existe ese consenso en la militancia para hacer las cosas distintas. Las primarias tienen algunas virtudes si son libres pero numerosos efectos secundarios. Y ahora no es tiempo de hablar de personas sino de proyectos. Por tanto, Sánchez está volviendo a poner la carreta delante de los bueyes. Sigue en la lógica de personas que hacen proyectos (puramente elitista) y no en proyectos que generan personas. Lo primero es lucha de poder, bonapartismo, cesarismo y demagogia; lo segundo deliberación y análisis previo a la oligarquización. Porque, por mucho que se diga, si hay organización hay oligarquía. La cual será más o menos estable y perdurable dependiendo de la conformación estructural-sistémica. Por eso es necesario que exista un congreso de ideas y modelo de partido y no uno extraordinario de personas y aclamación de las élites. Y Sánchez está en lo segundo.

Pero aún más preocupante me parece el giro hacia el populismo demagógico que está teniendo. El populismo de Podemos está muy trabajado y en constante movimiento. Lo de Sánchez está más cerca del bananerismo o el Estado soy yo versallesco que de una democracia deliberativa. En la parte de la entrevista que no dedicó a despellejar a nadie, no le pudimos escuchar ni una sola propuesta programática (no las tiene) ni organizativa. Solo habló de devolver la voz a la militancia con congreso y primarias, y que las consultas iban a ser cada vez más utilizadas en asuntos trascendentes. Y a esto lo llamó democracia directa. Pues es todo mentira. Ni la militancia tiene voz en los congresos (tiene representantes como mucho), ni la tiene en las primarias (elige entre oligarcas), ni las consultas son democracia directa. La democracia directa incluye el debate libre de todos en asamblea (imposible por magnitud territorial y censal) y la elección de los temas y preguntas por todos. Pedro Sánchez defiende un modelo donde el debate lo llevan a cabo representantes de representantes, donde la militancia tiene vedada la posibilidad de poder optar a cargos por las reglas impuestas, y donde las preguntas las hace uno para que sean ratificadas o no. No hay mucha diferencia con la democracia orgánica de los conservadores si nos fijamos bien.

Esta es la parte demagógica del discurso, el populismo tiene que ver con sus quejas sobre la presiones del aparato del partido y de la coalición dominante sobre él, que solo ha sido el representante de una militancia a la que se quiere quitar la voz. Simplifica en su favor las cosas para hablar de buenos y malos y de militancia y oligarquía. Claro, en estos dilemas fabricados por él, se sitúa como el adalid y sumo sacerdote de la militancia, con la que tiene un vínculo personal(ista). Por eso va a recorrer España, para escuchar a su pueblo, a sus militantes, a los que son como él. Populismo barato que, como he enseñado, contiene la perversidad de negar la deliberación, la ideas y el debate en favor del ser superior, el conocedor de alma militante. ¡¡Cuando lleva 20 años incrustado en el aparato del partido!! Y este populismo, alimentado por la demagogia y el ocultamiento, es el que ha atrapado el ser de Sánchez. Ha pasado de ser un apparatachik del partido a un demagogo populista. Si al menos fuese vanguardia tendría un pase, pero para eso hay que estudiar y pensar, y eso cuesta más.

Muchos y muchas le seguirán porque, o bien carecen de capacidad analítica y se dejan llevar por sentimientos (lo que no es malo a priori), o bien quieren buscar su hueco en el sol de los cargos (cada vez menos). Lo sencillo en democracia s estar en la algarada porque es gratis. Lo difícil es estar en el debate y la toma de decisiones porque conllevan costes de todo tipo. El PSOE no necesita ni populistas, ni demagogos, ni salvadoras, ni algaradas, ni baronías. Solo desde la pausa y la modificación del programa y las estructuras sistémicas se puede conseguir. Si la batalla es Pedro o Susana (y si aparece Borrell, para salir corriendo), iluminados o salvapatrias, el PSOE seguirá por el camino equivocado. Por lo pronto, habrá que dejar de hacer caso a quien por postularse arremete contra el partido y la inteligencia para calentar las tripas y no reflexionar. También es cierto que el PSOE no suele conceder segundas oportunidades a los cobardes que dimiten en vez de luchar hasta el último aliento. Y menos si deja tiradas a personas que se han partido la cara por él y por lo que creían justo. Así pues solo cabe tiempo de reflexión profunda sin pensar en nombres propios, porque tanto personalismo (mediático) está matando al PSOE.