lunes, 28 de marzo de 2016

PEDRO SÁNCHEZ: UNA NUEVA DECEPCIÓN



He estado resistiéndome a escribir sobre el personaje por si al final saltaba la sorpresa y la realidad o algún proceso místico le hacía recapacitar de sus posiciones de partida. Pero no. Pedro Sánchez vaga por las lacónicas praderas de la política española como vagaba Alonso Quijano junto a su escudero Sancho Panza. Y donde en éste había locura y cierto utopismo en aquel no hay más que la nada más profunda. Donde en don Quijote había cierto punto de locura por una época que se iba, en Sánchez no hay más que un débil intento de salvar su pellejo político (y tampoco es seguro que lo vaya a conseguir).

La posible ilusión por un gobierno de izquierdas quedó difuminada hace tiempo ya. Para algunos cuando firmó el acuerdo con C's y para otros por la desidia mostrada por el interfecto. Aunque hubiese un acuerdo, que veo ya lejano, con Podemos y demás grupos de izquierdas ya nada va a ser igual. Porque, entre otras muchas cosas, no se le ve con ganas de llevarlo a cabo en el propio rostro. Si se dan cuenta desde, incluso, la firma del acuerdo con el ultraliberalismo español, la cara de Pedro Sánchez ha perdido brillo y la sonrisa parece impostada. En diferentes entrevistas o durante los paseos que está dando por España (no sabemos muy para qué), Sánchez aparece rígido, a la defensiva según su expresión corporal y con un semblante demudado. Parece que las fuerzas le van abandonando poco a poco. No porque vaya a fallecer o porque esté cansado por el esfuerzo realizado (tampoco parece que se haya matado trabajando a tenor de los resultados). La energía que transmitía cuando le encargaron la formación de gobierno ha desaparecido y esa sensación se transmite a la ciudadanía.

Nunca tuve confianza en que esta persona fuese a posicionar al PSOE en un marco ideológico socialdemócrata potente, pero esperaba que frente a unos resultados como los producidos el 20 de diciembre de 2015, sí fuese valiente para apostar por un gobierno hacia la izquierda. Pero no, en su cabeza, por mucho que digan, nunca estuvo ese pacto como primordial. Cuando comenzó las negociaciones y avanzaba con C's pensé que se trataba de una estrategia para hacer la envolvente a Podemos y que bajasen su nivel de crítica y a Pablo Iglesias para que fuese menos prepotente. Pero no tardó ni cinco minutos en firmar un acuerdo de derechas mientras estaba a la mesa con la izquierda. Y lo que podía ser estratégico, resultó que era pura convicción y estar más a gusto con la derecha.

Ideológicamente jamás Sánchez se ha caracterizado por ser un socialdemócrata profundo, sino como lo fue Rodríguez un liberal humanista o un liberal radical. Esto es, un liberal con ciertas inclinaciones sociales o un buenista o un new ager, pero nunca un socialdemócrata. Sánchez es parte de esa miríada de personas que pueblan el PSOE y que están es ese partido porque en la derecha no podrían estar (por cuestiones familiares, por cuestiones del alma, o por cuestiones de solidaridad humanística), pero en ningún momento cuestionan al capitalismo en sí, solo quieren parchearlo para evitar las más graves consecuencias, a simple vista claro está, que provoca. Son personas que al no existir antes C's vieron en el PSOE un buen lugar donde estar porque cubría sus expectativas de integración en el sistema y de humanismo cristiano. Por este motivo la poca izquierda que sigue habiendo en el PSOE jamás pasó del 20% y lo extraño es que aún siga moviéndose en ese porcentaje. Pablo Iglesias se equivoca al hablar de las dos almas del PSOE. Para desgracia de muchos y muchas el alma de la izquierda hace tiempo que es poco más que ese 20%, el resto del partido o es demasiado mayor como para manifestarse en contra de la dirección o está formado en ese sentido liberal humanista que sale huyendo de todo aquello que suponga un gran esfuerzo analítico y de cambio (gradual) del sistema capitalista.

Cuando habla de progresismo Sánchez, y el resto de la dirigencia del PSOE, al igual que cuando habla de la clase media trabajadora se intenta converger mediante con la izquierda. Pero progresistas también pueden ser los liberales, los radicales, los ecologistas, los neomarxistas, los frankfurtianos, etc., el matiz reside en qué significa progreso para cada uno de esos grupos. Por tanto cuando dice que va a hacer políticas de progreso no quiere decir que vayan a ser de izquierdas porque el progreso material nada tiene que ver con el progreso de la persona o de la humanidad o del cambio de sistema, por ejemplo. Tampoco es para sorprenderse esta carencia en el secretario general del PSOE, eso ya lo sabíamos desde que se presentó a las primarias. Se le eligió, no por guapo como algunos maliciosamente dicen, sino porque siendo un "niño" del propio sistema servía a los recién llegados a los poderes regionales como legitimación frente a la vieja guardia. Eduardo Madina era el claro representante de esa vieja guardia (Rubalcaba le preparó las primarias para tal efecto como se las ponían a Fernando VII) de la que se querían ir separando los barones y la condesa-duquesa de San Telmo. Y nada mejor que Pedro Sánchez para legitimarse en sus nuevas posiciones. Vamos que la chicha del caucus socialista era lo viejo y lo nuevo dentro de la misma posición de centro, de liberalismo humanista. Pérez Tapias con su propuesta hacia una izquierda socialdemócrata era visto como Belcebú porque ni ayudaba a legitimar las nuevas posiciones, ni su ideología era compartida por la dirigencia y los cuadros del partido.

Si ideológicamente es imposible ver a Sánchez a la izquierda (ni en el centro de su propio partido) sus actos ¿podrán decirnos algo? La firma tan rápida del acuerdo con C's ya nos indica que Sánchez se encuentra más cercano a las posiciones del liberalismo que del socialismo sin duda. Aceptar ese proyecto económico y social ya le sitúa a él y a sus conmilitones a la derecha del PSOE que ya de por sí es de centro izquierda... así que casi podría decirse que estarían más a gusto en C's que en el PSOE si no fuese por el buenismo o el humanismo grecolatino (por no decir cristiano). Ni ha intentado llegar a un acuerdo con Podemos según han demostrado los hechos. Bien es cierto que la prepotencia de Iglesias y algunas palabras de más pueden haber dificultado la negociación, pero es que no han puesto mucha "ilusión" por entenderse (por ambos lados incluso). Esto ya nos indica algo de la comodidad ideológica de Sánchez y más cuando va cogido de la mano de Rivera para intentar cerrar acuerdos.

Otro de los actos destacados de Sánchez fue la laminación del PSOE de Madrid. Bajo una serie de argumentos baladíes y prefabricados se decidió acabar con la ejecutiva de Tomás Gómez. Las formas fueron poco democráticas y se saltaban lo determinado en los estatutos del partido. Bien es cierto que cualquiera que llega nuevo a una posición de poder como la obtenida por Sánchez, intenta en cierta forma asentar su poder de algún modo, pero en su caso fue nada democrática. Además las causas peregrinas que eximieron nos dan a entender que había otras causas internas que no se explicaron. Gómez apoyó a Sánchez así que por ese lado no tendrían que haber tenido problemas. Es más sigue siendo miembro de su ejecutiva. Sabemos que lo del tranvía de Parla, aún basado en ciertos datos de malísima gestión y posible cohecho, fueron manipulados por cierto grupo mediático para apoyar la decisión que se tenía tomada desde hace tiempo. Que las encuestas fueran penosas tampoco es ningún indicativo y más cuando eso se sabía antes de haberse presentado Gómez a las primarias. ¿Dónde estaba entonces el elemento de fricción? En la mala gestión de Gómez al frente del PSOE de Madrid con un pufo de casi dos millones de euros; por haber laminado agrupaciones porque estaban en su contra; porque tras haber perdido las anteriores elecciones autonómicas no hizo nada; por la no presencia mediática y haber dejado a las mareas y a los sindicatos casi abandonados; y, creo que esto fue fundamental, por haber amenazado y utilizado su poder para impedir que hubiese una candidatura alternativa a la suya como candidato (de hecho varias personas de esa candidatura ya no están dentro del PSOE).

Esto nos ayuda a entender la posición ideológica de Sánchez. Se mueve tan solo por poder y cargos bajo una pátina de humanismo. Pero es que el propio personaje ha demostrado una gran carencia de recursos propios en las distintas vicisitudes a las que se ha tenido que enfrentar. En primer lugar, y al igual que sucede con los demás políticos y políticas de España, se dedica a recitar los mantras del laboratorio de su ejecutiva. Lo malo es que no sabe salirse de ellos (como le sucede a Rivera, por cierto), no tiene capacidad de reacción y de salirse del guión establecido. En segundo lugar, y derivado de los anterior, en el debate de investidura se le vieron todas las costuras al traje de dirigente. No solo es que llevase las contrarréplicas preparadas de casa (que eso es de político mediocre) sino que frente a los ataques al PSOE de Iglesias no supo reaccionar con contundencia. Se mostró mohíno y descolocado. Desde luego los militantes del PSOE se sintieron huérfanos en ese momento y seguramente la mayoría de los votantes. Se demostró que no tiene cuajo político, que solo una sonrisa no se va a ningún sitio. Algo que es el prototipo de cuadro que ha venido generando el PSOE en los últimos tiempos. Mantristas sin ideología y más preocupados de colocarse que de defender a la ciudadanía. Y en tercer lugar, lo que para mí es más sorprendente, es su nula capacidad para manejarse en el debate económico (tanto micro como macro) siendo él doctor en Económicas. Si le observan tiene dificultades para hablar en términos económicos y rebatir los datos generales. Es algo que me ha sorprendido desfavorablemente, su incapacidad para debatir económicamente. Así no te entiendan nada más que los entendidos, pero de cara a la galería quedas bien e incluso puedes humillar al contrario. Pero ni eso.

Claro que solo con ver la trayectoria de Sánchez es comprensible todo lo que he detallado. Es un producto de las senectudes socialistas que se preocupan más por no molestar y pasar desapercibidos para poder situarse en los cargos que en defender el socialismo. Ha sido renovador de la base de Balbás (sí, el del tamayazo), ha estado con el "gran ideólogo del zapaterismo" y destructor del PSOE José Blanco... vamos lo mejor que ha dado el PSOE pero que le ha servido para irse colocando de concejal, de asesor en la UE y diputado (al tran tran bien es cierto). Por tanto no es de extrañar su poco poso ideológico, pero sí su escasa virtud estratégica. Porque en este aspecto, incluso, es torpe porque se le ve la jugada. Ahora quiere retrasar el congreso del PSOE para ver si así logra o bien formar gobierno o bien salvarse como candidato a las posibles elecciones. Y más cuando parece que la condesa-duquesa de San Telmo va a cruzar Despeñaperros como César cruzó el Rubicón. Alea jacta est.

Igual hasta logra formar gobierno por salvar sus posaderas pero la decepción que ya ha generado en la militancia y en la ciudadanía que le votó creo que no va a desaparecer. Solo las ganas de que el presidente plasmagórico, sobresueldos y escondido deje de serlo le salvaría. Pero que nadie espere un giro a la izquierda de esta persona porque en su fuero interno no está ese poso ideológico. Igual acaba en C's de la mano de su socio Rivera. Ojalá por el bien del PSOE y de la izquierda patria.

jueves, 3 de marzo de 2016

EL NO DEBATE DE NO INVESTIDURA


¡¡¡VERGÜENZA!!! No existe mejor adjetivo calificativo para evocar lo acontecido en el Parlamento español en el No debate de investidura de Pedro Sánchez. Los doxósofos (los sabios de la opinión pública) están devanándose las meninges para hacer ver que lo que allí ha acontecido o bien ha sido una patraña o ha sido una asamblea estudiantil. Se habla de perdedores y ganadores, cuando la verdad es que si esa es la representación de la soberanía popular o bien la soberanía está mal, o bien el populus no pinta nada, o bien ambas cosas a la vez.

Ya el día anterior sufrimos el discurso del becario, pero en esta ocasión hemos visto al payaso, al listo y al delegado de clase que junto al anterior nos han mostrado un circo más que una sesión parlamentaria. Han salido memes y mensajes de twitter diciendo que en cierto programa de Tele 5 harían fortuna, pero eso no es lo peor. Lo peor es que han ignorado las preocupaciones de las personas por enfrascarse en peleas que harán mucha gracia a los periodistas pero no al común. Paso a analizar las impresiones que me han dejado los intervinientes para que comprendan mejor mi queja.

Mariano Rajoy, más conocido por el plasmagórico o el sobresueldos, se ha dedicado a hacer chanzas y burlas de la propuesta de PSOE y C's sin ofrecer alternativas y vanagloriándose de sus "supuestos" logros al frente del gobierno. Ha tratado de estúpidos y estúpidas a las personas que conforman el grupo socialista y nos ha sacado las cuentas del presidente Rodríguez, su cobardía y su desconocimiento de la historia. Lo entiendo porque es sentimiento y tiene ser humano. La canción de que el PSOE es paro y crisis económica ya suena a cansina porque en 17 años de gobierno socialista es evidente que alguna crisis mundial han sufrido pero también es cierto que han creado más puestos de trabajo que el PP en sus tres legislaturas (solo hay que ver los datos) y vanagloriarse de sus logros económicos cuando la deuda la ha situado al 100% del PIB y la bajada de la población activa ha sido producto de la emigración y de las jubilaciones anticipadas, que han llevado a cabo con los parados de 62 o más años, es de chufa (¡lo peor es que nadie se lo ha recordado!). Además, con tono de risa y chanza, ha admitido que él rechazó la propuesta del jefe del Estado para lograr el apoyo de la Cámara porque sabía que nadie le iba a apoyar. Pues debería, más que reírse, pensar (como le dijo Sánchez) que el problema puede ser él y su partido. Si ni a derecha ni a izquierda le quieren por algo será. Poco le importa, eso es gracioso y además la culpa es de los demás. Impresentable, cobarde y "ruíz".

Y su referencia al Pacto de los toros de Guisando ni es gracioso ni tiene nada que ver con el acuerdo entre dos partidos políticos. Lo que se acordó en Guisando fue la sucesión a la corona de Castilla de Enrique IV en favor de su hermana Isabel de Castilla porque su hija (Juana de Castilla, más conocida como la beltraneja) no fue reconocida por los nobles castellanos al sospechar que era producto de la unión carnal entre la reina y el duque de Alburquerque. Vamos que el rey, en base a su impotencia conocida, habría consentido unos cuernos para tener descendencia. Nos tendría que explicar, por tanto, Rajoy su papel en el pacto, porque no sabemos si es la beltraneja o el cornudo consentidor. Mas del acuerdo y si le parecían bien las propuestas o no aún desconocemos su opinar. Así que ya conocemos al payaso de la función.

Paso a hablar del listo. Y lo catalogo como listo porque de todo el debate parece el mejor parado. Albert Rivera no solo consiguió "clavarle" a Sánchez gran parte de sus propuestas programáticas, pulidas por matices, sino que en el propio debate fue quien mejor defendió el acuerdo. ¡Claro, si es que es casi todo suyo! Acertó al tomar como ejemplo histórico a Adolfo Suárez y seguir esa tradición, además de saber conservar la compostura entre el alboroto. Si estaba jugando a nuevas elecciones, y con la cantidad de casos de corrupción que tiene el PP en su propio seno, la jugada puede salirle bien. Si estaba jugando a ser la salsa en todas las comidas igual el tiro le sale por la culata. Pero, tomando el calificativo de Alfonso Guerra a Suárez, estamos ante un nuevo tahúr del Mississippi.

Vayamos con el delegado de clase o el bolchevique de fábrica porque con su actuación de ayer no se muy bien cómo calificar a Pablo Iglesias. La verdad es que le gusta la teatralización y la tontería a destiempo a este chico y eso le hace a veces muy bufo. Pero si algo hay que decir es que ayer le perdieron las formas totalmente. Se puede decir lo mismo con las mismas palabras pero sin necesidad de gritar. No sabe controlarse. De esta forma, lo que tiene de razón lo pierde totalmente. Además, tiene la curiosa facilidad de meterse en berenjenales que ni son necesarios, ni tienen gracia para sus electores. Empezaré por lo que medianamente me pareció bien de sus intervenciones. A diferencia de los demás gallitos, fue el único que realmente puso en evidencia los matices liberales que posee el acuerdo PSOE-C's y que, aunque nos vendan otra cosa, son muchos y peligrosos. En ese momento se vio que realmente alguien había preparado el debate como lo que es un debate de investidura para formar gobierno. Ni Sánchez, ni Rajoy, ni Rivera hablaron de un verdadero programa de gobierno. Estuvo genial al decirle a Sánchez que la próxima vez enviase a negociar a un economista socialista en vez de a uno que trabaja para Price Waterhouse and Coopers y poco más. Si hubiese utilizado el tono correcto la sensación sería distinta.

¿Qué hizo mal Iglesias? Todo lo demás. Desde el tono agresivo hasta las tonterías que se le ocurre decir y hacer a este hombre. Le elegirían delegado de clase por gritón y por payasete desde luego. Primero, a qué viene citar a Salvador Puig Antich y rememorarle como muerto del franquismo. Lo que pidió la sociedad y las instituciones internacionales es que no le aplicasen la pena de muerte. No que fuese un preso político o algo por el estilo. Estaba condenado a muerte porque había asesinado a un policía sin más. Da igual que fuese anarquista u otra cosa, lo cierto es que estaba en la cárcel por asesino. Así que ¿ahora Iglesias defiende a asesinos? Cuando no se sabe la historia o se manipula tiene estas cosas, que uno puede quedar como estúpido. Además, debe tener el síndrome de la transición porque se pone a evocar aquella época con fruición y, lo que es peor, con errores impropios de alguien que, en teoría, ha estudiado historia de España. ¡Mete cada gazapo! Y recordar el pasado totalitario de los padres de la gente del PP, hablar de Millán Astray y tonterías de esas ¿a qué viene? Es un discurso guerracivilista que nada tiene que ver con su electorado ni con la gente del 15-M. Todos tenemos un pasado, por desgracia, en España y el suyo por cierto se vincula a organizaciones terroristas y dictaduras. Pero si algo bueno trajo la transición es que se ha intentado superar eso, las dos Españas. De verdad que el trauma freudiano que tiene este chico con esa época es tremendo. Esta bien que hable de oligarcas y de plutócratas y que utilice un lenguaje áspero y que dejemos atrás lo políticamente correcto y que al pan pan y al vino vino, pero de ahí a irse a cuarenta años atrás para justificarse él solo. No lo entiendo y creo que no lo entiende tampoco la ciudadanía.

Y luego en las réplicas ya fue para morirse. Hay que ser muy bruto para decir que Felipe González tiene las manos manchadas de cal viva. Es miserable y un insulto a los socialistas y a la gente que les vota. En primer lugar, el asunto de la cal viva sucedió en el cuartel de Intxaurrondo porque se les fue la mano o saber qué a unos guardias civiles que habían detenido a dos etarras. El caso fue juzgado y el general Rodríguez Galindo está en la cárcel por ello. Ni el ministro, ni el presidente del gobierno supieron de ello ni lo ejecutaron. ¡Señor Iglesias aprenda historia de España que me parece que está flojo en la materia!. En segundo lugar, si lo decía por el GAL, debería preguntar a su loado (en el discurso) Gerardo Iglesias y a Santiago Carrillo por ello. Igual son culpables por acción u omisión. Esto es que consintieron sabiendo. Así que igual el pasado del que se reconoce Iglesias está manchado igualmente con el GAL. Es lo malo de escupir para arriba, que te puede caer en un ojo. Y luego las tonterías de levantar el puño, saludar a los colegas del hemiciclo, darse besos y abrazos. Teatro bufo que una vez tiene gracia, dos molesta a los ojos. Si está preparando las elecciones igual se lleva una sorpresa porque las tonterías reiteradas y el mal gesto no gustan a las personas. Además que la gente que les votó del 15-M ni son comunistas, ni leches, solo son personas que están quemadas de malas gestiones y de abusos de poder. Y eso se combate con mala leche, con palabras duras, pero con muuuucha ironía. Que es lo que le falta a Iglesias.

Y ¿qué decir del becario? Horroso. Si el día de la exposición solo nos habló del acuerdo y nada de un verdadero programa de gobierno, que es lo que se hace en los debates de investidura, en las réplica y contrarréplicas estuvo soso, sin ideas, aburrido, poco brillante, etc. Lo de llevar las réplicas por escrito y desde casa es tomar el pelo a la ciudadanía (como bien dijo Iglesias). Con lo fácil que hubiese sido decirle sobresueldos al sobresueldos, no. Se dedicó al tapón para arriba tapón para abajo. Con Iglesias cometió un error indignante que es usar a los muertos de ETA para echárselos en cara. Hasta Carmén Chacón dejo de aplaudir. No es que sea un error, pro mucha provocación que le haya hecho Iglesias, es que es vergonzoso. Todas las personas saben que el PSOE ha puesto muchos muertos en la lucha contra el terrorismo etarra pero no se utilizan los muertos contra el adversario. Además, un adversario que nada ha tenido que ver con eso. Impresentable. No solo nos ha querido meter un programa liberal sino que se ha mostrado falto de punch parlamentario. Claro como no permite los debates en el PSOE y los que hay están manipulados, pues pasan estas cosas.

Respecto a los outsiders me gustaron mucho Domenech, Alexandra Fernández y Alberto Garzón por contundentes y duros contra el acuerdo, pero irónicos y sin estridencias. Homs y Tardá estuvieron en su tono defendiendo Cataluña y ofreciendo una solución al problema catalán. Y Baldoví de Compromís exigente y duro pero dialogante. Vamos casi fueron mejores los minoritarios que los mayoritarios.

Agradezco que el debate se enriquezca con tantas opiniones nuevas en el Parlamento y se deje lo políticamente correcto fuera, pero es de desear que todos y todas mantengan las formas porque no solo son representantes de la soberanía popular, sino que tienen una función pedagógica que parecen haber olvidado. De verdad, ayer sentí VERGÜENZA.

martes, 1 de marzo de 2016

EL DISCURSO DEL BECARIO


Antes de comenzar el análisis decir que he seguido el discurso de investidura tanto por televisión (haciendo esfuerzos por no caer en manos del sopor) como por radio. Así que mis impresiones tienen una doble esfera de percepción. Habiendo hecho esta advertencia, el discurso de investidura me ha parecido el de un becario en su primer congreso científico, en su primera exposición a los jefes y/o jefas o para cumplir un trabajo de máster. Ha sido penoso y en escasa consonancia con lo que requería el momento como expondré.

En primer lugar, el estilo lingüístico y retórico ha sido bastante mejorable. El uso de la Epífora (repetición de una misma frase al finalizar los párrafos) tiene su gracia cuando se expresa de una forma distinta a como lo ha hecho. Que al final ya parecía cachondeo con lo cual perdía su fuerza argumentativa. Y por si no lo sabe el señor Sánchez, Donald Trump también suele utilizar esta figura retórica.

En segundo lugar, se le ha visto torpe e incluso con despistes. Los propios son para mejorar pero los provocados por lo que le dijesen los demás son un error que debería tener ya aprendido. Como diría Iceta, es de primero de agrupación. Cuando se está en un debate de investidura no hay prestar caso a las diferentes imprecaciones. Pues él ha caído en esa vieja trampa como si fuera un principiante. Claro que igual en su partido los debates son algo del pasado y no ha podido practicar.

En tercer lugar, nos ha presentado a los españoles y españolas un refrito del acuerdo con C's. Vamos es que incluso lo ha citado en varias ocasiones. Error citar el acuerdo. Ya sabemos, más las diputadas y los diputados, que han firmado un acuerdo. Pero reiterarlo y explicar todos los puntos durante el debate supone querer engañar a la gente. ¿Es que su programa de gobierno por el que le votaron cinco millones y pico de ciudadanos y ciudadanas ya no sirve? ¿Dónde quedan aspectos que, normalmente, se tratan en un debate de investidura por ser una propuesta de gobierno general? Nada. Solo el acuerdo y un par de matices sueltos. Para vendernos el acuerdo con una rueda de prensa bastaba.

En cuarto lugar, el tratamiento que ha tenido con el tema de Cataluña ha sido cuanto menos gracioso. La utilización del mestizaje cultural puede haber sorprendido pero es una teoría con cierta tradición que no ha superado ciertas barreras por sus propios límites. Tzvetan Todorov o Wiliam Ospina han tratado el mestizaje cultural pero desde una perspectiva distinta. Una perspectiva que creo que no es la que quería utilizar Sánchez, del invasor y el invadido. Ha cuajado mucho más la postcolonización o la subalternidad pero esto no tiene nada que ver con el caso. Utilizar el mestizaje para hablar de Cataluña es ni conocer la historia de los reinos de España, ni conocer la historia de Cataluña en sí. Si hubiese utilizado la concordia u otra expresión mejor.

En quinto lugar, con el discurso que ha presentado, y a pesar de la utilización de la epífora, no creo que a nadie de izquierdas le haya atraído su discurso de corta pega del acuerdo con C's. Habiendo propuestas que escuchadas puedan sonar bien, al no haber constancia por escrito, o porque existen, ningún político o política que se considere de izquierdas puede aceptarlas. Se ha metido en una gran pantomima, desconozco el porqué, y ahora va a tener difícil salir de ella si quiere un gobierno de izquierdas. Los temas complicados y que alguien de izquierdas debatiría y propondría un cambio están fijados ya en el acuerdo con C's en sentido contrario. La reforma laboral y de los convenios es de vergüenza en muchos aspectos. La reforma de la enseñanza se encamina hacia algo totalmente distinto. La laicidad del Estado no aparece por ningún lado. Y para rematar la faena se le ha olvidado hablar de las diputaciones provinciales.

Creo que le ha faltado cierta grandeza de Estado en su discurso. Tanto en el fondo como en la forma. Al final ha sido el discurso de un becario. Ahora bien ¿de quién es becario?