miércoles, 12 de octubre de 2016

JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ, O COMO MANIPULAR A LA BUENA GENTE EN PROVECHO PROPIO



José Antonio Rodríguez, más conocido como el Alcalde de Jun, ha lanzado una campaña de recogida de firmas entre la militancia socialista. Se pretende con esta iniciativa llevar a más de 90.000 firmas para solicitar la convocatoria de un Congreso Extraordinario a la mayor brevedad posible en el PSOE. Una propuesta que muchos calificarán de intachable, sin duda. ¿Pero tiene un fin realmente orgánico?

La Gestora elegida después de la dimisión de Pedro Sánchez tiene la obligación estatutaria de convocar un Congreso Extraordinario a la mayor brevedad posible y, si quisiese, con el apoyo del Comité Federal. Eso sí, solo podría plantearse en lo que determinase el orden del día previsto en la convocatoria del Congreso Extraordinario.

Nuestro sin par Alcalde de Jun está recogiendo firmas para optar a la Convocatoria sumando la mitad más uno de los militantes, tal y como reflejan los estatutos (art. 34.2). Pero está escondiendo cuál va a ser ese orden del día y el lugar de celebración. De hecho está obligado a decirlo al presentar las firmas. ¿Por qué no ha hecho público el orden del día? ¿Esconde alguna intención secreta? O ¿todo esto no es más que una campaña en su favor y en contra de Susana Díaz?

Al ser extraordinario el congreso, obviamente no hay ponencia marco y no se podrá debatir sobre el posicionamiento global e ideológico del partido. Si se pretenden modificar estatutos tendría que adelantarlo el Sr. Rodríguez. Pero su convocatoria nunca, lean bien, nunca podría proponer la elección de una ejecutiva nueva. La utilización del art. 34.2 se refiere a cuestiones excepcionales o concretas, entre las que no cabe la elección de ejecutiva porque esa capacidad reside en la Gestora y el Comité Federal en estos momentos.

¿Cuáles son las prisas? Me temo que esta manipulación que se está efectuando entre la militancia va más allá de la defensa democrática. Está intentando dar un palo a Susana Díaz con la que lleva enfrentado años. Está intentando aprovecharse personalmente de la furia desatada en el PSOE por lo acontecido en las últimas fechas. Porque realmente ese Congreso Extraordinario que intenta convocar no serviría para nada realmente. Estaría bien como reunión de amigos pero poco más.

La Gestora, seguramente, convocará el nuevo Congreso y elección de la secretaría general con todas las garantías que piden la mayoría de militantes con cabeza. Esto es, con su ponencia Marco, sus modificaciones estatutarias, su debate con tranquilidad sobre el estado del partido, sus congresos regionales, etcétera. Lo que pretende el alcalde de Jun es hurtar ese debate de todos y todas con sosiego y seguir en la lucha encarnizada, personal y sin cabeza en beneficio propio.

Yo solicitaría un congreso con asistencia de 2000 afiliados (número máximo permitido) para que el debate no solo sea de los cabeza de delegación, que haya una verdadera defensa de las enmiendas en las comisiones y pleno, que se haga una modificación hacia la democracia y la federalización real del partido en los estatutos, que se hable de ideología y no de personas, o de proyectos generales y no de particularismos. Pero todo eso no aparece en el congreso extraordinario del alcalde de Jun. Solo está en seguir removiendo las vísceras por su enfrentamiento con la secretaria general de Andalucía. Es la rebelión de los cuadros medios (tan caciques o más que los barones) frente a los señores feudales.

Y lo peor de todo es que la buena gente del PSOE está firmando sin saber para qué realmente. Pero como ha ocurrido en otras ocasiones, al final no presentará las firmas necesarias antes de que la Gestora haya convocado un congreso en condiciones y no uno exprés e inútil. Y dirá que la culpa es de los demás.

Y lo peor de todo esto es que esta acción personalista y demagógica está tapando la iniciativa de solicitar una consulta a la militancia para decidir sobre la abstención, las terceras elecciones o lo que sea que ha puesto en marcha Izquierda Socialista. Seguimos en el personalismo y las vísceras y no en lo global y lo ideológico. ¡Partido!